Sociedad

Cáritas atendió a más de 32.000 personas en Euskadi durante 2021 en un año de pandemia

La pobreza severa ha subido tres puntos en Euskadi hasta situarse en el 9 %

El perfil de las personas atendidas sigue siendo principalmente el de una mujer, el 52,7 % de los atendidos, con hijos a su cargo.

Bilbao

Cáritas Euskadi atendió en 2021 a un total de 32.429 personas en situación de exclusión. Por territorios, Gipuzkoa se sitúa a la cabeza con más de 15.300 atendidos, 4.500 en Álava y casi 12.600 en Bizkaia.

Mas allá de las cifras la cara de la pobreza en Euskadi es de una mujer mayoritariamente desempleada y sin permiso de residencia. Según ha explicado en rueda de prensa Ramón Ibeas, secretario general de Cáritas Vitoria, la pobreza severa ha subido tres puntos en Euskadi hasta situarse en el 9 %, lo que demuestra que la sociedad vasca está cada vez "más partida".

En general ha reconocido que la tendencia del número de actuaciones se va "moderando" cada año pero con una mayor intensidad en la intervención y ha puesto el ejemplo de Álava donde los números dicen que se está "mejor, pero quien está mal está peor; hemos atendido a menos familias pero con mayor intensidad", ha resumido.

En cuanto a las ayudas económicas activadas en 2021 fueron un total de 6,9 millones de euros, en la línea de 2020 cuando fueron 6,8 millones, y el perfil de las personas atendidas sigue siendo principalmente el de una mujer, el 52,7 % de los atendidos, con hijos a su cargo.

Mayores dificultades

Las principales dificultades con las que se encuentran las familias atendidas sitúan el acceso y el mantenimiento de la vivienda como uno de los mayores problemas. En segundo lugar están las dificultades de las familias con menores a su cargo para acceder a un empleo y combinarlo con el cuidado de los niños, sobre todo las monoparentales. También ha citado los problemas para acceder a un empleo de calidad y para regularizar su situación administrativa.

Sebal ha mencionado dos consecuencias de la pandemia de Covid: por una parte el incremento de la brecha digital como un elemento de exclusión, tanto para personas mayores como extranjeras, y por otro el aumento de las situaciones de soledad y aislamiento. En Bizkaia, una de cada tres personas atendidas en 2021 lo han hecho por primera vez.