Oscar Freire, el tricampeón del mundo que se perdió por Lisboa y ganó el Mundial al día siguiente
Con preguntas de Pedro Horrillo, Joxean Fz Matxin, su hijo Marcos Freire, Samuel Sánchez, Angel Vicioso e Iñigo Markinez
Óscar Freire: "Yo separaba, sobre la bici era superprofesional, cuando bajaba no parecía ni ciclista"
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Vitoria-Gasteiz
Este episodio de SER Ciclista comparte escapada con uno de los ciclistas que más éxitos ha obtenido en su carrera como velocista. Rara avis entre la tipología de los ciclistas españoles, Oscar Freire (Torrelavega, Cantabria, 1.976), fue tricampeón del mundo como mitos del tamaño de Alfredo Binda o Eddy Merckx. Su palmarés agotaría por si sólo todo el espacio de nuestro podcast, vencedor en 12 grandes clásicas, y tres veces ganador de la Milán-San Remo, consiguió triunfos nunca antes logrados por nuestros corredores. También fue maillot verde del Tour de Francia y ganó la París-Tours . Además participó en tres Olimpiadas.
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La pregunta inevitable para nuestros invitados sobre su mayor caída en bici tiene una respuesta rápida, "afortunadamente me he caído pocas veces en mi vida de profesional, en el último año tuve una mala, estaba muy centrado en hacer la cuarta Olimpiada y no pude correrla". El cántabro tenía una habilidad especial para evitar caídas y montoneras "aprendí en las categorías inferiores y cuando había peligro, sabía dónde podía ser el peor sitio para estar dentro del pelotón, y eso hizo que tuviera muy pocas caídas".
Tenía un don para los sprints: "forma parte de tu trabajo. Te das cuenta de que destacas en algo y sabes que es tu momento, no puedes dejar de dar un pedal... los rivales quieres estar en el mismo sitio que tú". Y eso que en su familia nadie practicaba deporte, lo que le permitió "aprender mucho, sin presión, era todo mucho más fácil. Tenía capacidad para poder mejorar. Ahora tienen muchísima información y eso hace que el deporte sea mucho más competitivo desde edades más jóvenes".
Un gran compañero en equipos como Rabobank o Mapei, y buen amigo, el ermuarra Pedro Horrillo afirma de él que "era un genio tocado con una varita mágica, cuando no estaba en forma era capaz de ganar, y en forma no le tenía miedo a nada ni a nadie". "Para mi fue importantísimo", confirma Freire, "hemos tenido carreras muy parecidas y experiencias muy bonitas juntos".
El aura de buena persona y genio despistado persigue a nuestro protagonista desde hace décadas. Lo corrobora uno de sus primeros directores, Josean Fernández Matxin, ahora técnico en el UAE Team Emirates y director de uno de los dominadores del ciclismo actual, el esloveno Tadej Pogačar : "me ha impresionado por dar ejemplo como persona, por ganar dinero y títulos no ha cambiado, y lo pongo como ejemplo como trayectoria". "En un gran premio de Mondragón habíamos quedado en Basauri (Vizcaya) a las ocho de la mañana, y no apareció. Lo hizo con su Corsa azul en Mondragón (Guipúzcoa) , se cambió, le dimos la bici y tuvo que ir al baño urgentemente cuando salía la carrera... a un bar lleno de borrachos, y nos dimos cuenta de que no había puerta, lo tapamos con un maillot y allá estaba en cuclillas con la bicicleta". "La carrera ya había salido, pero cazó al pelotón... ¡¡¡y la ganó¡¡¡". Oscar no confirma si recuerda ese día, pero confiesa que "me acuerdo de alguna parecida, me gustaba apurar mucho el tiempo...".
Su filosofía vital incluía "estar muy centrado en la bicicleta, y cuando acababa la carrera me olvidaba de todo, era otra persona totalmente diferente". A ello contribuía que "mi mujer sabía lo justo (de ciclismo), y lo único que le importaba era que no me cayera". Algo que le pasa ahora a él mismo con su hijo Marcos, que confiesa en SER Ciclista que su padre "es mi mejor referente, tengo vagos recuerdos de ir a las carreras. Recuerdo la Vuelta a Suiza, cuando saltaste un bordillo y te proclamaste campeón": Y le formula una pregunta directa, "¿qué esperas de mi como ciclista?, y no me digas que es un juego y que disfrute de la bici". Un emocionado Oscar Freire reconoce que "es una pena que no haya podido vivir de mayor lo que era su padre, hubiera disfrutado mucho. Ojalá le fuera como me fue a mi, pero te das cuenta de que no es nada fácil... me gustaría que fuera el mejor, pero sé lo difícil que es".
Samuel Sánchez, le pregunta qué ocurrió antes del mundial que ganó en Portugal. "Fue uno de los peores días de mi vida" reconoce nuestro tricampeón, "tienes la carrera más importante de año al día siguiente, me iba para el hotel y no lo encontraba. Empecé a dar vueltas por Lisboa, me monté en un taxi y llegué cuando habían acabado todos de comer". Otro rival y amigo, Angel Vicioso, recuerda la misma anécdota, "apareció en un taxi a las cinco de la tarde", y otra del Tour Down Under que se disputa en Australia, "un día antes estaba jugando al tenis y acabó ganando. Estoy orgulloso de ser tu amigo". Esta intervención le permite al campeón cántabro reflexionar sobre el ciclismo actual, "los que corríamos hace tiempo teníamos la posibilidad de llevarnos bien, ahora no hay el momento de poder conocerse... nos llevábamos muy bien estando en equipos rivales, veo que eso en el ciclismo ha desaparecido". El,-que era tricampeón del mundo con 27 años-, afirma que "ahora se está apostando por ciclistas de 20 años antes que por ciclistas de 27 que andan mejor".
Sobre las lesiones, opina que "pueden servir como una lección, pero significar el fin de una carrera deportiva, forman parte de cualquier deporte". Joseba Núñez fue su masajista durante gran parte de su carrera, y rememora que "hacíamos una piña, nos llevábamos muy bien, tenía un talento especial... aparecía y sorprendía. Siempre ha sabido disfrutar de la vida y rendir en la bicicleta, hay personas que nacen con un don y el suyo era la bicicleta, ha alegrado a muchas personas". "Es un orgullo, es un gran amigo", responde Oscar, "se daba cuenta de que yo era un poco diferente, siempre estuvo conmigo en los equipos y mi carrera fue junto a él, ahora vuelve a ser ertzaina, es muy difícil vivir muchos años dentro del ciclismo".
Iñigo Markinez, uno de los grandes expertos en ciclismo de la Cadena SER, le pregunta si es cierto que había una furgoneta que recogía las cosas que se olvidaba en el hotel, algo que nuestro invitado responde afirmativamente, "si, confirmamos", dice con gracia. Para unas vacaciones en Marruecos, necesitaba el pasaporte estando en Italia, tuvo que desplazarse en moto a Suiza para sacarlo, y a la vuelta, lo perdió.
Oscar Freire se desplazaría en tándem "con alguien que no sea competitivo, con alguien que disfrute... le llevé a mi mujer una vez en bici, le di una paliza y no quiso volver más". Y no lo haría "con quien quiere ir contigo por interés". Sobre si su carrera e imagen como ciclista en España fueron infravaloradas, reflexiona recordando que "eran momentos en los que el ciclismo no estaba en auge, y he hecho mi carrera fuera... veníamos de un momento de grandes ciclistas, es la situación del momento".
Y Pedro Horrillo le recuerda el apodo de "Il gatto" con el que le conocían en Italia. "Los ciclistas me empezaron a llamar así", reconoce, "por carreras en las que ya parecía que iba a ganar otro ciclista y aparecía yo". Así les levantó victorias a grandísimos sprinters como Cipollini o Zabel, cuando ya creían tener el ramo de flores en las manos.
Tras su retirada probó en el mundo de los rallyes, "desde niño me gustaba el deporte del motor", algo que ya ha dejado. Ahora tiene un gallinero en el jardín, y afirma con humor que "las gallinas les gustan a todos, menos a mi".
SER Ciclista, es el podcast de la Cadena SER sobre el mundo de la bici, con Nerea Sáenz de Lafuente, y el patrocinio de Vibike y Suitdelux, la tienda de descanso especializada en productos para deportistas
Nerea Sáenz de Lafuente
Técnico de sonido, locutora de musicales, producción publicitaria, banco de Voces, conductora, editora...