Confebask advierte que acerías, cementeras o papeleras podrían parar este otoño por el alto precio de la energía

Bilbao

El director general de Confebask Eduardo Arétxaga muestra su preocupación por la desaceleración económica que se observa en la economía vasca, que ya se está trasladando al empleo como demuestra el aumento del paro en agosto, y no descarta que haya más empresas vascas que tengan que parar la producción este otoño, como ya han anunciado Arcelor y Michelín. Entre ellas cita a empresas intensivas en el consumo de energía, como las acerías, cementeras y papeleras.

De cara a la reunión que mantendrán mañana representantes empresariales e industriales con la Ministra de Industria Reyes Maroto, Arétxaga pide al gobierno "que sea sensible con las demandas de los empresarios, lo que sería positivo y novedoso" y espera que no les culpabilicen de una situación de la que no son responsables. A partir de ahí reclama apoyo para la industria vasca porque es un sector desfavorecido en este momento debido al alto precio de la energía y necesita ayuda si se quiere mantener el tejido empresarial vasco y el empleo.

En ese sentido apoya las propuestas recogidas en el plan de contingencia energética enviadas por el gobierno vasco al central como la recuperación del sistema de interrumpibilidad, por el que las empresas que se vean obligadas a parar ante un pico de demanda de energía, reciben compensaciones a cambio. Es un sistema que ya se utilizaba hasta hace unos años por las industrias electrointensivas y que ahora se pide extender también a las empresas intensivas en el consumo de gas.

Respecto a la negociación colectiva, Arétxaga afirma que la inflación, del 10'4 % interanual en agosto, es ahora lo que más preocupa a las empresas. Asegura que la patronal tiene voluntad de negociar con los sindicatos subidas salariales razonables y pone como ejemplo que han firmado este año 11 convenios sectoriales en Euskadi. Están abiertas además otras 18 mesas de negociación. Advierte, sin embargo, que si las demandas sindicales se alejan de la realidad económica y ponen en riesgo la viabilidad de las empresas y el empleo será muy difícil llegar a acuerdos.