Las conserveras se preparan para cerrar un año con pérdidas
Las conserveras han optado por no congelar bonito para abaratar costes, pero eso no conseguirá evitar que la mayoría cierre el año con pérdidas

Trabajadoras de una empresa conservera de pescados(EUROPA PRESS)

Bilbao
Este año la campaña del bonito ha entrado en el mes de septiembre y puede alargarse incluso hasta octubre, lo que está haciendo que las conserveras puedan trabajar sus productos en fresco ahorrando costes en electricidad, pero el ahorro es insuficiente para paliar el aumento de unos costes que va a provocar que muchas de estas empresas cierren el año con pérdidas.
Al contrario de lo que ha ocurrido en las tres últimas campañas, la costera del bonito se va a alargar este año durante todo el mes de septiembre, a fecha de hoy solo se ha pescado el 70% del TAC, con lo que las conserveras han optado por congelar lo mínimo posible para ahorrar costes en electricidad y trabajar en fresco. Una forma de trabajo que, según indica Ignacio Serrats, vocal de la junta directiva de la Asociación de Conservas de Bizkaia, dificulta la gestión y el trabajo porque no permite planificar con demasiada antelación.
Además este ahorro en costes energéticos se antoja insuficiente para cubrir unos costes que siguen disparados. De hecho, "en estas fechas el bonito se está vendiendo entre un 10-15% más caro que el año pasado, las latas vacías un 45%, los tarros un 50% y el aceite de oliva un 80% más caro que hace un año".
Así que la única alternativa es subir el precio, pero incluso haciéndolo Ignacio Serrats, de conservas Serrats, ya da por hecho que van a cerrar el año con pérdidas porque "aún subiendo los precios siempre vamos a estar muy por debajo de lo que nos ha subido a nosotros, entonces esto va a significar en nuestro caso pérdidas, nos va a llevar a pérdidas. Es un año terrible".
Eso sin contar con que las subidas de precios en tiempos de crisis pueden provocar también la pérdida de clientes que busquen productos más baratos aún a costa de rebajar la calidad de la conserva que adquieren, lo que afecta también de forma directa a estas conserveras artesanales.




