Bilbao

Durante la Edad Media, hacer sonar cinco bocinas era la forma de anunciar el próximo comienzo de las reuniones de Juntas Generales de Gernika. No podemos hablar en ese momento, en torno al siglo XIV, de ritual, sino del sentido práctico que tenía esta costumbre. Con el tiempo, sin embargo, este hábito adquirió un componente simbólico.

Ahora, transcurridos más de 500 años, es una tradición que cada año se revive en uno de los cinco Montes Bocineros. Cientos de aficionados a la montaña ascienden alternativamente a las cimas de los montes Gorbea, Oiz, Ganekogorta, Sollube y Kolitza. Pero, ¿por qué estas cinco cumbres? ¿Realmente la llamada a Juntas se hacía desde ellas?

La leyenda de Jaun Zuria

A la explicación más habitual, que alude a la situación estratégica de las montañas, que permite que su sonido llegue a todos los rincones del territorio, debemos añadir algo más. Según un estudio de las Juntas Generales de Gernika y el Museo de las Encartaciones, llevado a cabo en 2020, la convocatoria a los señores no se hacía desde los montes, sino desde la propia localidad de Gernika.

"Un banderizo del siglo XV, García de Salazar, de Muskiz, cuenta en un libro que, a partir de la leyenda de Jaun Zuria, el señor de Bizkaia fue escogido tras sonar las cinco bocinas. Ahí es donde se introduce el componente simbólico de las bocinas", relata en Radio Bilbao Javier Barrio, director del Museo de las Encartaciones.

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"Las bocinas se van dejando de utilizar, pero quedan en la memoria de muchos intelectuales. Llegados al siglo XIX, se intenta entender cómo funcionaba la Bizkaia de la Edad Media. En ese intento de comprender, en ese proceso histórico, se hace una reinterpretación de lo que realmente ocurría", explica Barrio.

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