Denis Itxaso: "El GAL fue un gran horror y causó un dolor que es el nuestro"
El delegado del Gobierno en Euskadi ha participado en Portugalete en la conmemoración organizada por la delegación y el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo del Día de la Memoria, que se celebra el 10 de noviembre el único día del año en el que no hubo un atentado terrorista mortal.
Bilbao
El delegado del Gobierno en el País vasco, Denis Itxaso, ha afirmado este miércoles que el GAL fue un "gran horror que causó un dolor que es el nuestro y restó legitimidad al Estado".
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Itxaso ha participado en Portugalete en la conmemoración organizada por la delegación del Gobierno y el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo del Día de la Memoria, que se celebra mañana por ser el 10 de noviembre el único día del año en el que no hubo un atentado terrorista mortal.
Denis Itxaso ha dedicado su discurso a combatir el "discurso del odio" y especialmente se ha referido al GAL, de actualidad tras las declaraciones del exministro socialista de Interior José Barrionuevo justificándolo.
"El GAL nunca debió suceder"
"El GAL nunca debió suceder y sólo contribuyó a causar dolor y alimentar la Ley del Talión. La defensa de los derechos humanos no es creíble si no es integral y coherente, y desde la legitimidad que nos da haber defendido la libertad, la democracia y el Estado de Derecho frente a la amenaza terrorista, volvemos a condenar la existencia del GAL, pues fue un gran horror que causó un dolor que es el nuestro, y restó crédito y legitimidad al Estado", ha dicho.
Itxaso ha pedido "coraje" para deslegitimar "todos los discursos del odio sin tabúes ni miradas parciales. Es tiempo para la claridad y para reivindicar la coherencia del Estado de derecho y las garantías democráticas sobre las que se sustenta la convivencia"
Para el delegado, "la democracia se debilita cuando responde con la misma moneda a los violentos y no puede aceptarse que haya víctimas que sean de unos u otros, ni de distinta consideración; sino únicamente víctimas del fanatismo y la violencia cuya memoria y respeto deben cimentar cualquier suelo firme de justicia y convivencia".
"Si nunca hubo ni habrá una razón para el asesinato del adversario político, nunca debió haber atajos ni justificaciones de la doctrina perversa del ojo por ojo", ha añadido.
El delegado del Gobierno ha advertido de que en Euskadi todavía persiste el "discurso del odio" que sustentó a ETA como demuestran las agresiones y amenazas a jóvenes del PP o los homenajes a etarras.
El director del Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez, ha coincidido en la necesidad de enfrentar el "discurso del odio de todos los terrorismos que sigue vivo en algunos sectores de Euskadi".
Preocupado porque más de una quinta parte de los jóvenes vascos justifica el uso de la violencia con fines políticos, Domínguez ha destacado la importancia de hacer llegar a los jóvenes el "poder deslegitimador del terrorismo que tienen los testimonios de las víctimas".
Testimonios de víctimas
Precisamente, en este acto han intervenido tres hijos de víctimas de ETA y el GAL, que han relatado su experiencia.
Nerea Barrios, hija de un hostelero de Santurtzi asesinado por ETA en 1985, cuando ella tenía 15 años, ha contado que vivió "llena de odio" por el crimen y por las acusaciones de traficante o confidente a su padre para justificarlo, pero decidió que "el odio muriera de inanición" en ella y explicar en los colegios su caso.
"Solo necesitamos que se nos escuche, que no se nos utilice y que, de vez en cuando, nos digan que 'aquello estuvo mal', ha comentado, antes de agradecer que "por fin se reconozca" a su padre y decir que "nunca es tarde" para que cualquier persona admita que "estuvo muchos años equivocado".
Veronique Caplanne, hija de un militar francés asesinado por error por el GAL en Biarritz en 1985, ha dado las gracias por ser "por fin escuchadas, comprendidas y consideradas" porque en los 37 años transcurridos desde el crimen la familia no ha tenido "ninguna noticia" de las autoridades francesas ni de las de Biarritz.
Ha explicado que en su familia consideraban que el terrorismo de ETA y del GAL no les afectaba porque era "una historia entre vascos", pero que el asesinato de su padre destrozó a la familia y llevó a la muerte a su madre, que comenzó a beber tras la muerte del padre.
Celso Recio, hijo de un guardia civil acribillado a tiros junto a su casa en Santurtzi en 1988, ha contado que la familia (la madre y seis hijos) abandonó Euskadi tras el asesinato por la "indiferencia y pasividad" de la sociedad vasca y volvió a Salamanca, donde "no todos nos recibieron bien".
Recio, que es guardia civil como su padre, ha explicado que la familia quedó también "consternada" en 2020 cuando la Audiencia Nacional les informó de que se había identificado al autor del asesinato de su padre pero que no podía ser juzgado porque el delito había prescrito.
En el acto, que ha comenzado con un minuto de silencio por todas las víctimas del terrorismo, también ha intervenido el alcalde de Portugalete, Mikel Torres, que ha nombrado a los 18 vecinos del municipio víctimas mortales, incluido el jesuíta Ignacio Ellacuría, asesinado en El Salvador por los militares en un ataque a la universidad que dirigía.