55 grados bajo cero y remolinos de polvo de 100 metros de diámetro en Marte
Científicos de la UPV-EHU analizan los datos recogidos por el Rover Perseverance en su primer año marciano
Bilbao
La revista Nature Geoscience ha publicado hoy las primeras conclusiones derivadas de la recogida de datos por el rover Perseverance a lo largo de su primer año marciano. Un proyecto en el que el grupo de ciencias planetarias de la UPV-EHU participa analizando los datos meteorológicos recopilados por MEDA (Mars Environmental Dynamics Analyzer) a través del conjunto de sensores que miden temperatura, presión, viento, humedad y propiedades del polvo presente siempre en suspensión en la atmósfera de Marte. Datos fundamentales de cara a futuras expediciones tripuladas.
En concreto, el equipo de la UPV/EHU, formado por Agustín Sánchez Lavega, Ricardo Hueso, Teresa del Río Gaztelurrutia y el estudiante de doctorado Asier Munguira, ha liderado el estudio de los ciclos estacional y diario de la temperatura y de la presión, así como sus fuertes variaciones en otras escalas de tiempo producidas por procesos muy diferentes
Temperaturas de 55 grados bajo cero
En base a estos datos y, una vez concluido el primer año marciano, equivalente a dos terrestres, el equipo vasco ha recopilado datos que permiten saber que la temperatura media del aire en el cráter Jezero, donde aterrizó el Rover Perseverance en febrero de 2021 y ubicado cerca del ecuador del planeta, ronda los 55 grados bajo cero, pero varía fuertemente entre la noche y el día, con diferencias típicas de unos 50 a 60 grados. En las horas centrales del día, el calentamiento de la superficie genera movimientos turbulentos en el aire por ascenso y descenso de masas de aire (convección) que cesan al llegar la noche, cuando el aire se vuelve estable.
Remolinos de polvo de 100 metros de diámetro
Además, los científicos han estudiado, entre otras cosas, tormentas y remolinos de polvo que pueden llegar a tener más de 100 metros de diámetro, así como borrascas muy similares a las terrestres. MEDA ha permitido estudiar fenómenos dinámicos en la atmósfera que acontecen en las cercanías del rover, por ejemplo, los producidos por el paso de remolinos de viento conocidos como “dust devils” por el polvo que a veces levantan o a la generación de ondas de gravedad de origen aún no bien comprendido. “Los remolinos de polvo son más abundantes en Jezero que en otros lugares de Marte, y pueden tener un gran tamaño, formando remolinos de más de 100 metros de diámetro. Con MEDA hemos podido caracterizar no solo sus aspectos generales (tamaño y abundancia) sino desentrañar también cómo funcionan estos remolinos”, señala Ricardo Hueso, catedrático de la EIB.
También se ha detectado con MEDA la presencia a miles de kilómetros de borrascas, muy semejantes en su origen a las terrestres, como nos muestran las imágenes desde los satélites en órbita, y que se desplazan por el borde del casquete polar norte, formado por la deposición de nieve carbónica.
Dentro de la rica variedad de fenómenos estudiados, MEDA ha podido caracterizar al detalle los cambios producidos en la atmósfera por una de las temidas tormentas de polvo como la que se desarrolló a comienzos de enero del 2022. Su paso por encima del rover produjo bruscos cambios en la temperatura y presión acompañados de fuertes ráfagas de viento, que levantaron el polvo y golpearon los instrumentos, dañando uno de los sensores de viento.