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La historia de Alma y cómo 'Gizakia' le ha ayudado a superar sus problemas con el alcohol

La Fundación bizkaina ve reconocida su trayectoria en prevención de conductas de riesgo en la adolescencia, el tratamiento de personas con adicciones y la inclusión socio-laboral con la Medalla de Oro de la Orden al Mérito del Plan Nacional sobre Drogas. Alma nos cuenta su camino para rehabilitarse y la ayuda que le ha dado 'Gizakia'

Gizakia, Medalla de Oro de la Orden al Mérito del Plan Nacional sobre Drogas

Bilbao

Tras más de tres décadas de trabajo y herederos de Proyecto Hombre en Bizkaia la Fundación Gizakia es ya Medalla de Oro de la Orden al Mérito del Plan Nacional sobre Drogas. El Ministerio de Sanidad se fija en el método y trayectoria de un equipo que sólo el año pasado atendió a casi 2.500 familias en sus programa de atención y prevención. Entre las personas que han pasado por allí, Alma, que nos ha contado su historia, la de una mujer adicta al alcohol y con problemas desde los 14 años que tiene avanzado su proceso de tratamiento.

La Fundación bizkaina ve reconocida su trayectoria en prevención de conductas de riesgo en la adolescencia, el tratamiento de personas con adicciones y la inclusión socio-laboral en un momento en el que la Encuesta sobre Alcohol y otras Drogas indica que baja el consumo en Euskadi de alcohol y tabaco en el último año, aunque son más los que han probado por primera vez un porro. El 48% de los ciudadanos aquí ha probado los porros, pero sólo un 10% durante los últimos 12 meses.

Miembros de la Fundación Gizakia en Radio Bilbao.

Miembros de la Fundación Gizakia en Radio Bilbao.

Según datos de la Fundación Gizakia de personas atendidas, la fotografía periodística, el análisis de lo que hoy encontramos en sus archivos, nos habla de una sociedad con más mujeres que hace cuatro años que necesitan atención por adicciones, aunque menos con patologías duales porque piden ayuda antes. Estadísticas que desde 2019 han ido sumando más personas dependientes del consumo de la cocaína, el alcohol, la heroína y el cannabis, por este orden. Aumentan también los ingresos en comunidades terapéuticas y son más la personas que no tienen vivienda o si la tienes es infraviviendia. También aumentan los universitarios atendidos en más de un 3%.

La historia de Alma

Alma es una mujer de cuarenta y tantos años, nacional, adicta al alcohol y con problemas desde los 14 años. Actualmente está ya muy avanzada en su proceso de tratamiento. Explica que "soy de un pueblo pequeño y con 11 o 12 años empezamos a ir de botellón. Te fijabas en la gente más mayor, no había mucho más que hacer en el pueblo". "Tengo problema de adicción con el alcohol, he probado otras sustancias, pero solo he tenido problemas con el alcohol", cuanta Alma.

Añade que "como mujer si que ahora mirando hacia atrás veo que desde que esto empezó a ser un problema para mí, me fui aislando. Había sentimiento de culpa, te da vergüenza y a la hora de pedir ayuda tiene que ser a través de los médicos, te ves sola, saber que tienes un problema pero no que hay gente que t puede ayudar".

Cuenta que pidió por primera vez ayuda "hace unos 13 años, ahora tengo 43. Ahora estoy contenta, pero nunca puedes decir que es el final. Desde que pedí ayuda hasta entrar en comunidad el recorrido ha sido largo, sales un tiempo y vuelves a caer, es un proceso largo. Ahora veremos mi reinserción social y laboral, pero mi vida con compañeros ha supuesto ya una reinserción". En mi caso estoy muy contenta y con ganas de empezar de cero una nueva vida y eso me lo ha dado Gizakia".

"Todavía no he recompuesto mi ocio, pero tengo planes, he empezado un curso, tengo ilusión de ir a clases de teatro, de yoga, tengo muchas ideas y voy con la autoestima y la fuerza que no tenía antes", cuenta.

Sobre el apoyo del entorno, "mi familia vive en Extremadura, nunca les conté mi problema hasta que toqué fondo y han estado ahí, no me han juzgado y me han dado amor, eso ha supuesto un gran empuje".

Alma acaba su relato con una confesión, "ahora me quiero mucho y hace un año solo me quería morir".

Gizakia

Sobre el reconocimiento que ahora recibe 'Gizakia', Estibaliz Barrón Pardo, psicóloga clínica y directora de la Fundación Gizakia, explica que "ha sido una sorpresa y nos da fuerza para seguir trabajando. Me acuerdo de los primeros pacientes que atendí."

Sobre la situación actual, cuenta que "el alcohol ha superado a la heroína, pero sigue habiendo consumidores activos de heroína. Además, cada vez hay que prestar más atención al cannabis. Aunque la idea, sobre todo de los jóvenes, es que no da problemas, cada vez hay más solicitudes de ayuda relacionadas con él".

Ibon Olmos Mata, psicólogo sanitario y responsable en el del Área de Adicciones de los Recursos Residenciales de la Fundación, cuenta que "cada vez nos encontramos más mujeres, pero sigue habiendo más hombres. Es verdad que cada vez hay más mujeres mayores y junto a este perfil, también hay pacientes con alguna patología mental asociada, por eso es importante la atención temprana".

ERDU

El programa ERDU atiende precisamente a quienes peor lo tienen para volver a vivir en sociedad sin adicciones. Ainara Sánchez Roca, educadora social y coordinadora de la Sala de Consumo Supervisado y del proyecto ERDU, cuenta que "es un programa que nos tiene muy ilusionados, porque vemos la necesidad de que esté. Hemos llegado a un perfil de personas que aún no habíamos mirado, ERDU nos ha dado la posibilidad de verlos y saber cómo ayudarles. Tenemos un perfil en el que un porcentaje muy alto está sin hogar, gente que necesita un apoyo en lo social, les ayudamos con sus adicciones y con trámites".

Mohammed era adicto a la pregabalina, un medicamente anticonvulsivo, y cuenta que "en mi barrio en Marruecos era muy fácil acceder a las drogas, siempre estuve con las drogas, desde los 16 años. Ahora tengo 22 años, llevo aquí más de 2 años y aquí es cuando empezaron a ayudarme y ahora estoy bien, no necesito el medicamento. Me gusta entrenar, fui dos veces campeón de Marruecos de kick-boxing y me gusta entrenar. En su día era como un monstruo de drogas y de entrenar".

Ainara cuenta que en Bizkaia atendieron a "132 personas en 2022, con un perfil muy parecido a Mohammed. Es un camino con muchas piedras, pero se consigue acabar ese camino de buen modo".

Historias que reciben reconocimiento, que ayudan y que dan una nueva posibilidad de rehacer vidas.