Víctor Legorburu, de Galdakao, asesinado tras el ultimátum de ETA a los alcaldes vascos
El capítulo 47 de 'La ventana de la memoria' recuerda al primer edil vizcaíno con su hijo Víctor y su escolta Francisco Ruiz, que sobrevivió a doce balazos en el mismo atentado
Capítulo 47 | Víctor Legorburu, de Galdakao, asesinado tras el ultimátum de ETA a los alcaldes vascos
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El capítulo 47 de 'La ventana de la memoria' recuerda a Víctor Legorburu, alcalde de Galdakao (Bizkaia), desde 1966 hasta su asesinato por ETA el 9 de febrero de 1976. Su hijo Víctor le recuerda como "una persona buena honesta e integra. Para mí, que fuera alcalde fue lo menos importante. Llevaba una vida profesional satisfactoria había credo una pequeña imprenta, pero se cruzó en su camino que le propusieron ser alcalde. Él dijo que no, porque no le interesaba, pero, al final no le quedó más remedio y aceptó".
Legorburu, que comparte nombre con su padre y que también ha llamado así a su hijo, cuenta que su padre "siempre había sido muy galdacanés", Antes de ser alcalde, fue presidente del Galdácano club de fútbol, y fundador y primer presidente del club alpino Ganguren. Ya como alcalde, su hijo asegura que "se volcó". "Dio una vuelta completa al pueblo. Su primera batalla fue conseguir que las empresas pagaran los impuestos. Luego dotar de iluminación y carreteras a todos los sitios, porque el pueblo era un sitio mu disperso". Sin embargo, el logro del que se sentía más orgulloso es el de haber conseguido que Galdakao se impusiese a Durango como sede del hospital comarcal del Duranguesado, que hoy en día sigue allí.
Tres meses antes de su asesinato, ETA había dado un ultimátum a los alcaldes vascos para que dimitieran. Ese ultimátum vencía precisamente el 9 de febrero, el día en el que ETA asesinó a Legorburu. A primera hora de la mañana, cuando el primer edil caminaba con su escolta Francisco Ruiz en las inmediaciones de su propio domicilio, tres terroristas les dispararon dos ráfagas de metralleta que alcanzaron a ambos. Un cuarto terrorista los remató causando la muerte de Víctor. Francisco sobrevivió a los doce balazos recibidos.
Ese día Víctor hijo y su hermana estaban en Madrid, donde vivían. Recibieron una llamada de su madre informando de que su padre había sufrido un atentado. Tras un viaje largo y complicado (niebla, el avión se dio la vuelta tras tres intentos de aterrizaje en Bilbao y trayecto final en coche), llegaron a su casa en Galdakao. "Lo vivimos como zombis. Cuando llegamos a casa estaba llena de gente. Al día siguiente fue el funeral. Fue muchísima gente. La prensa habló de 6.000 personas. Pero posteriormente llegó la más absoluta de las soledades, incluso gente que había sido amiga te dejaba abandonado. Luego llegaba el segundo asesinato: el algo habrá hecho, el que era franquista, el que era antivasco...con lo cual te vuelven a matar", rememora.
El atentado marcó su vida, la de su hermana y la de su madre. "Mi madre murió aquel día. Siempre tienes una herida en el alma y hay gente que se encarga de echar sal y reabrir esa herida", reconoce Legorburu.
Doce balas en el alma
A Francisco Ruiz le duele más el rechazo que sintió tras el atentado que los doce balazos que recibió en el mismo. "Recuerdo que me metí entre dos coches y que estaba muy mal, pero también que eran los ocho de la mañana, cuando la gente iba a trabajar, y nadie pasó a socorrernos y eso que era la calle principal del pueblo". Ruiz estuvo ingresado cinco meses para recuperarse de las heridas sufridas. Al salir de allí en silla de ruedas "lo pasé peor. Cuando me sacaba mi mujer, la gente se apartaba por no hablar conmigo. Había mucho miedo". Entonces decidió abandonar el País vasco e irse a vivir a Valdepeñas. "Sin un duro, con las manos en los bolsillos, porque las víctimas entonces no recibían ayuda de nadie". Vivió de la caridad hasta que, pasados cinco años, dejó la silla de ruedas y empezó a trabajar de comercial. Resultó que se le daban bien los negocios: consiguió un estanco, compró una bodega...ahora lucha contra una enfermedad para la que no hay cura, la amiloidosis cardiaca. Su historia la escribió en un libro titulado "Doce balas en el alma".
"No podrán jamás con la libertad"
La reflexión final de 'La ventana de la memoria' corre a cargo de Carlos Daniel Casares, secretario general de la Federación Española de Municipios y Provincias, recordando a los electos que sufrieron la violencia por mantener la paz y la convivencia y reconociendo su trabajo por la paz que disfrutamos hoy. las victimas, "No podrán jamás con la libertad", ha concluido.
PODCAST | La ventana de la memoria
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Eva Domaika
Jefa de informativos en Cadena SER Vitoria. Presenta el informativo diario ‘La ventana Euskadi’. Si...