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Bilbao Basket sale del atolladero

Los de Ponsarnau se van tranquilos al parón por la Copa tras su triunfo ante el Granada (90-73)

Bilbao Basket volvía a ganar tras cinco jornadas

La novena victoria que lograba este sábado Bilbao Basket en Miribilla ante Granada significa poner pie y medio ya en la salvación. Era uno de esos partidos en los que no se podía fallar. Y no se falló. El equipo, que ya venía dando muestras de recuperación, apoyado por los suyos, se quitó la mochila que llevaba desde hacía ya unas cuantas jornadas. Además, el triunfo tuvo un premio extra porque el +17 ante los granadinos les permiten superarles en el basketaverage particular. Algo que siempre hay que tener en cuenta por si hay que echar mano de las matemáticas al final de temporada.

Bilbao Basket se va tranquilo al parón por la Copa. Ponsarnau había advertido que era un partido importante y trascendente por todos esos motivos, pero sobre todo para que la fe se volviera a instalar en el vestuario. El máximo responsable del equipo siempre ha dicho que es un grupo muy comprometido y que, a veces, la necesidad de hacerlo bien provoca todo lo contrario.

Apareció Reyes

Contra el CB Granada algunos jugadores se quitaron mucha de esa ansiedad que llevaban encima. No solo por las derrotas del equipo, cuatro seguidas en esta ocasión, sino porque no les estaban saliendo las cosas. Alex Reyes fue uno de ellos, por fin le salió un buen partido. No solo por sus 18 puntos, si no porque explotó en ataque más allá del lanzamiento. Anotó, defendió, atacó, penetró y hasta se permitió el lujo de regalar a Miribilla uno de los mejores mates que se han visto esta temporada. Estaba eufórico al acabar el partido. Se lo merecía.

Y luego está Hakanson. Definitivamente el faro de este equipo, y eso que llegaba tras no poder jugar los dos últimos partidos por lesión. Lo hizo muy bien Smith también, pero el que sacó al equipo del único problema que tuvo en el marcador -Granada se puso por delante en el tercer cuarto- fue el. El escolta sueco, aunque sigue actuando más como director de orquesta, hizo ocho puntos seguidos, con robo incluido, para devolver el mando del marcador a su equipo. Levantó de nuevo de sus asientos a la marea negra con su valentía desde la línea de tres.

Withey

No brilla, pero su trabajo es efectivo. Muy efectivo. Si hacer ruido Withey se fue del partido con 23 de valoración, con 13 puntos, con +27 para su equipo cuando él estuvo en cancha, con 15 rebotes de los 40 que cogió su equipo y poniendo 2 tapones.

Es la primera vez en la historia que un jugador MIB consigue llegar a los dobles dígitos de anotación tras sumar, por lo menos, 15 capturas en un partido de Liga Endesa. O, lo que es lo mismo, un registro de 10-15. Ni Axel Hervelle, que se hizo con 18 capturas en 2011; ni Frederic Weis, que alcanzó o superó las 15 en hasta tres ocasiones; y ni Ondrej Balvin tras lograr 16 en 2019 fueron capaces de, tan siquiera, superar los 6 tantos anotados en esos encuentros

El pívot silencioso, sin aspavientos, sin mostrar ni alegría ni tristeza, sin protestas, sin malas formas. Ese es el Withey que necesita siempre Surne.

A descansar

Ponsarnau repite una y otra vez su discurso. El equipo funciona cuando es coral, cuando no hace la guerra cada uno por su cuenta, cuando se siguen las normas, cuando se finalizan los sistemas preparados. Y en ese barco tienen que estar todos. Un día uno tendrá más protagonismo que otro, pero todos tienen que estar preparados y remar en la misma dirección. El propio grupo se encargará de tapar el mal partido de uno de sus miembros. Si no es así el equipo tiene muchas más posibilidades de perder sus partidos que de ganarlos.

Ahora toca coger aire. Respirar tranquilo. Surne Bilbao Basket, tras poner fin a la racha de cuatro derrotas, no volverá a jugar hasta el cinco de marzo contra el Gran Canaria en las islas. Ponsarnau les dará unos días de vacaciones a sus jugadores, pero aprovechará, ahora que tiene a todos a su disposición, para seguir insistiendo en el juego colectivo. El coach catalán tendrá tiempo para pulir detalles y para convencer a sus jugadores de que juntos son capaces de muchas cosas tanto en la liga ACB como en la Champions, donde no todo está perdido.

Mientras se soñaba con la Copa llegaban cuatro derrotas, ahora cabe pensar que ya con las 'ruedas hinchadas' el equipo andará mejor en los próximos compromisos. Otra cosa es que luego se gane o se pierda, pero que siempre compita es una de las cuestiones innegociables para Ponsarnau.