Iribar, un debut lleno de dudas
El 'Txopo' perdió en los tres únicos partidos de liga que jugó en su primera temporada
Iribar, su debut en el Athletic
El mayor emblema de la extensa historia del Athletic nació en Zarautz el uno de marzo de 1943. José Ángel Iribar, el jugador que más veces ha vestido la camiseta rojiblanca en partido oficial, está a punto de cumplir 80 años. Para celebrarlo, repasamos los diez momentos que marcaron su carrera, dentro y fuera de los terrenos de juego. El primero de ellos fue "El Iribar es cojonudo no surgió en San Mamés", hoy vamos con su estreno con el Athletic.
Capítulo II: El debut de Iribar
Nadie esperaba, ni el propio Iribar, que su debut con la zamarra rojiblanca iba a llegar tan pronto. Se puede decir que fue nada más aterrizar en el Athletic, es decir, 'llegar y besar el santo'. Fue en la segunda jornada de liga, pero por la lesión del guardameta titular Carmelo Cedrún. El Athletic viajó a Málaga para ese partido. Ángel Zubieta no tenía ninguna intención de darle la alternativa a Iribar, pero Cedrún se hizo una herida en la cabeza y el 'Txopo' tuvo que salir sin previo aviso. Se puso los guantes y durante los 29 minutos restantes defendió por primera vez la portería rojiblanca. El Athletic perdía por 2-0 cuando Iribar saltó al césped del campo malagueño, y el marcador ya no se movería más.
Su estreno en San Mamés
Sin embargo, esa primera aparición del guardameta de Zarautz fue fugaz. Tan efímera que, para cuando volvió a jugar ya se le había olvidado. Zubieta no cambió de portero en la Liga hasta las dos últimas jornadas del campeonato contra Betis y Real Madrid. Cedrún seguía siendo el portero titular mientras Iribar esperaba su oportunidad sin la más mínima queja. Y le llegó. Fue en los dos últimos partidos de liga. El 'Txopo' salió por primera vez en el once en Sevilla, y debutaría como titular en San Mamés contra el Real Madrid. Los dos partidos acabaron con derrota. Así que, ese primer año del debut de Iribar no se puede decir que fuese muy positivo, ni en minutos jugados, ni en resultados.
El recuerdo de su padre
Lo que sí resultó una pena para Iribar, algo que siempre ha llevado muy dentro, es que su padre no le pudo ver debutar. En gran parte, Iribar fichó por el Athletic porque su padre, a pesar de que la familia era de Zarautz, era un gran hincha del Athletic. En el caserío Makatza se respiraba en rojo y blanco. Esa ha sido la gran pena que ha tenido siempre el 'Txopo'. Su padre murió muy joven y no llegó a verle ponerse bajo la portería de su Athletic.
No fue fácil tomar la decisión de viajar primero a Basauri, para fichar por el Baskonia, y luego por el Athletic. Jose Ángel era el mayor de seis hermanos que vivían, junto con el resto de la familia Iribar, en ese caserío de Zarautz. Tenía la responsabilidad de estudiar y trabajar en ese entorno rural, y eso provocó un importante debate familiar. Su abuelo decidió reunirles a todos en la cocina del caserío. Sus tías se oponían, sus tíos, más futboleros, le apoyaban. Al final decidieron que le daban un año, si no cuajaba volvía a los estudios y a trabajar en el caserío.
Del Basconia al Athletic
El primer equipo que se fija en él es el Basconia. Sus ojeadores le habían visto jugar en los equipos inferiores de Zarautz, y con 18 años le hace ya una oferta para jugar en la Segunda División. Una oferta que económicamente era una ruina, pero que le permitía salir de su pueblo y proyectarse como futbolista. Eso sí, la manutención y la vivienda la pagaba el Basconia. Todo el tiempo que permaneció en Basauri lo pasó en la pensión Ibarrondo, al cuidado de Julián y Mertxe con quien luego le uniría una gran amistad. Del campo de a la pensión, y de la pensión al campo. Ese era su día a día. Cuando salía era únicamente para ir al cine. Incluso después de que le fichara el Athletic siguió en aquella pensión hasta que se casó.
Y llegó el Athletic. El equipo donde siempre había querido jugar. Athletic y Baskonia tenían un acuerdo, pero en esta ocasión no fue respetado por el club basauritarra. Por Iribar habían preguntado, y mostrado su intención de ficharle, el FC Barcelona, el Atlético de Madrid y el Valencia. El presidente del Baskonia, Juan Alonso, un chatarrero y duro negociador, lanzó un órdago al equipo rojiblanco: "O pagáis un millón de pesetas, o se va al Barcelona". El Athletic pagó ese millón de aquellas pesetas por Iribar, pero rompió sus relaciones con el Basconia.