La ikurriña ilegal que unió al pueblo vasco en Atotxa
En diciembre de 1976, la imagen de los capitanes de la Real Sociedad y el Athletic sosteniendo la bandera al saltar al césped del estadio donostiarra se convirtió en emblemática
La ikurriña ilegal que unió al pueblo vasco en el derbi Real Sociedad-Athletic de 1976 en Atotxa
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Bilbao
El mayor emblema de la extensa historia del Athletic nació en Zarautz el uno de marzo de 1943. José Ángel Iribar, el jugador que más veces ha vestido la camiseta rojiblanca en partido oficial, está a punto de cumplir 80 años. Para celebrarlo, repasamos los diez momentos que marcaron su carrera, dentro y fuera de los terrenos de juego.
Capítulo VI: la ikurriña de Atotxa
Minutos antes de las cuatro y media de la tarde, el estadio de Atotxa está lleno a reventar. Está a punto de comenzar todo un derbi vasco: Real Sociedad-Athletic. Los dos equipos saltan al verde, pero antes del pitido inicial van a dejar una imagen que está en la memoria de todos.
A la izquierda, Inaxio Kortabarria, capitán de la Real. Camiseta txuriurdin, pantalón blanco y medias a rayas. A la derecha, José Angel Iribar, capitán del Athletic. Camiseta verde de manga larga con cuello, pantalón negro, medias también negras y sus guantes de portero. Tras cada uno de ellos, sus respectivos compañeros, en fila. Al fondo, un grupo de mayorettes que acaba de actuar junto a una banda de música. Al fondo está el público, en las gradas donde no cabe un alfiler. Es 5 de diciembre de 1976 y Kortabarria e Iribar llevan entre los dos una ikurriña.
Manuel Fraga y la "bandera separatista"
"En 1976, la Transición todavía no había comenzado. El tema de la ikurriña era, además, uno de los álgidos y más controvertidos. Se decía que la ikurriña no era una bandera legal, que solo representaba a un partido, etc. Incluso el director del periódico La voz de España en San Sebastián organizó un concurso para dictaminar qué bandera tenía que adoptar el País Vasco", relata Iñaki Anasagasti, un histórico del PNV.
Anasagasti había sido detenido en aquel 1976, pero pocos meses después se convertiría en presidente del Bizkai Buru Batzar, durante la lehendakaritza de Carlos Garaikoetxea. Sigue relatando Anasagasti que "el problema era que ETA ponía bombas, y llegaron a morir dos guardias civiles quitando ikurriñas de cables de alta tensión. El tema era muy peliagudo. Y en ese contexto, Manuel Fraga, que era ministro de Gobernación, viaja a Venezuela".
En ese viaje a Venezuela, Fraga llega a afirmar durante una entrevista que "antes de permitir exhibir esa bandera [la ikurriña], pasarán por encima de mi cadáver". Él mismo lo reconoció tiempo después, durante un debate parlamentario con el socialista Txiki Benegas, en el que afirmó que "la ikurriña, una bandera ciertamente nacida en contra de España, mal copiada de la Union Jack por un hermano de Sabino Arana, yo no soy partidario de autorizarla y cumplí mi palabra mientras fui ministro".
"Éramos parte del pueblo"
Pues bien, en ese contexto es en el que Kortabarria e Iribar se unen para mostrar en público una bandera prohibida. "Después de la larga dictadura de Franco, todos estábamos para apoyar y hacer algo. Nosotros éramos parte del pueblo, yo siempre me he sentido así, y nos veíamos en la obligación de aportar algo. Y fue lo de la ikurriña". Así comienza el relato de Kortabarria casi medio siglo después.
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El que fue capitán de la Real en aquel 1976, el que porta en la famosa fotografía una esquina de la bandera en la salida al campo de Atotxa, recuerda que una de las claves de lo que hicieron fue la discreción. "Muchos compañeros ni lo sabían", reconoce. El personaje clave en el comienzo de esta historia es otro jugador de la Real, Josean De la Hoz.
De la Hoz le encargó a su hermana la confección de la ikurriña. "Ella compró las telas y la cosió, porque en aquella época no se podían comprar ikurriñas en las tiendas", relata Kortabarria. Con la bandera preparada, tocaba llevarla desde Getaria, donde vivía la familia de De la Hoz, hasta San Sebastián, hasta el campo de Atotxa.
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La odisea de llevarla hasta Atotxa
"Fue una odisea, la tuvo que esconder atada al tubo de escape del coche", continúa Inaxio. Así fue cómo De la Hoz llevó la ikurriña hasta Donostia, pero allí se encontró otro problema. La policía le paró cerca del estadio y registró su coche. Por suerte, no encontró la bandera. Así que De la Hoz siguió adelante, aparcó, se bajó del coche, se acercó desde la calle a la ventana del vestuario local de Atotxa y llamó.
Con la bandera dentro, el protagonismo vuelve a Kortabarria, que acude al vestuario visitante a proponerle el plan a su homólogo en el Athletic, Iribar. Este lo piensa, lo comparte con algunos compañeros, y finalmente deciden participar todos juntos.
El último escollo que les aguardaba era la salida al campo. Había que atravesar la escolta de guardias del túnel de vestuarios y que la ikurriña siguiera escondida. "La guardamos en la bolsa del masajista y a última hora, tras pasar la fila de grises que había, la sacamos estando ya dentro del campo".
El recibimiento de la grada
El público recibió el gesto con empatía y un enorme aplauso y, aunque los futbolistas aún temían ser detenidos, no ocurrió. De la Hoz contó años después que llegó a enterarse de que sí se telefoneó al Gobernador Civil desde Atotxa para informarle de lo que estaban haciendo los dos capitanes, pero que este dio la orden de no actuar.
El propio Iribar ha llegado a reconocer posteriormente que este de diciembre de 1976 es el derbi del que mejor recuerdo guarda. "Satisfechos, orgullosos", señala todavía hoy Kortabarria. La transformación en altavoces del pueblo vasco con un trozo de tela entre sus manos tuvo tanto peso que para Iribar lo de menos es que el partido terminara con un doloroso 5-0.