Fekoor presenta un programa de mentoría en el que participarán 30 parejas con discapacidad

Bilbao

El Departamento foral de Acción Social de Bizkaia y Fekoor, han firmado un convenio de colaboración para poner en marcha un programa de Mentoría Social a través del cual personas con discapacidad apoyarán a otras personas con discapacidad en la mejora de sus capacidades para su crecimiento personal y social. El año pasado ya se realizó un proyecto piloto con 20 parejas, y este año se esperan que haya un mínimo de 60 personas. Cada pareja se reunirá una vez por semana durante 6 meses, tiempo durante el cual habrá un intercambio de experiencias mediante el cual la persona mentorada desarrollará competencias clave en la transición a la vida independiente.

Las parejas son todas voluntarias y serán supervisadas por personal técnico en vida independiente de Fekoor. Como novedad, se han establecido tres modelos de mentoría. El primero será de apoyo en parejas con encuentros semanales; el segundo consiste en relaciones grupales cada 15 días, en las que una o dos personas mentoras acompañan a un grupo de unas seis personas mentoradas en cuestiones relacionadas con la vida independiente. Y el tercero se basa en entrenamientos específicos en cuestiones como la participación comunitaria, ocio y turismo, informática o habilidades de la vida diaria.

Fekoor, nace en 1979, con el objetivo de coordinar el trabajo de distintas asociaciones para conseguir la inclusión de las mujeres y los hombres con discapacidad física y/ú orgánica en todos los ámbitos de la sociedad. La asociación representa a más de 8700 personas en Bizkaia.

Los mentores, una ayuda clave

Raúl Pérez Uruburu fue una de las personas que el año pasado participó en el proyecto piloto de la Mentoría Social, donde ejerció el papel de mentor. Raúl tuvo una discapacidad sobrevenida hace 16 años y desde entonces ha trabajado con ahínco para desarrollar una vida normalizada en la comunidad a través de la adquisición de herramientas que ahora ha transmitido a su mentorado Asier Andueza.

Por su parte, Norma Lapeyre, que ha desempeñado el rol de mentorada, se ha mostrado “encantada” con la iniciativa, que le ha empujado a comprar una silla de ruedas para desplazarse, utensilio al que, en principio, se mostraba reticente.

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Este año volverá a participar en el programa para adquirir nuevas competencias y ha animado a quien tenga discapacidad a que ejerza de mentora o mentorada porque es “un asunto de acompañamiento mutuo y lo que una no sabe, la otra persona le puede animar desde su propia experiencia y allanarle el camino”. “El hecho de sentirte acompañada, que se identifique con tu situación, que te entienda y sepa lo que te pasa por propia experiencia, eso es invalorable”, ha concluido.