El Programa de Educación en Medio Abierto cumple 25 años de trayectoria en Irun

Irun

El Programa de Educación Medio Abierto es un programa socioeducativo municipal dirigido a menores de 11 a 17 años que prioriza el trabajo sobre situaciones concretas de adolescentes en dificultad y situación de riesgo. En diciembre de este 2023 cumple 25 años. Desde entonces se ha realizado una importante labor por parte de un equipo de educadores sociales de Kabia Elkartea para ayudar a estos jóvenes con situaciones complicadas de base a prevenir problemáticas a futuro.

Elena Aycart, una de las educadoras que lleva formando parte del equipo desde el principio, recuerda que este programa surge "porque en el año 1998 más o menos había una situación de encuentros de chavales que hacían mucho ruido y molestaban y preocupaban también, y entre las actuaciones que se decidieron ante esa situación, una de ellas era que empezasen a trabajar educadores sociales en los barrios con esa adolescencia que igual no tenía otras alternativas más que lo que estaban haciendo que era: bebida, consumo y estas cosas". A nivel de Gipuzkoa ya existían otros programa de estas características y aquí a sugerencia de una técnica social se decidió dar el paso.

Alvaro Cano, también lleva desde el principio trabajando en esta labor. "Vemos situación complicadas, conocemos esos chavales, tienen sus necesidades, sus dificultades. Hay chavales que su vida, sus contexto han sido muy pobres, muy negativos". El trabajo que realizan es el de dar herramientas para que puedan adquirir recursos y habilidades que les puedan servir en la vida en el futuro.

En el equipo de educadores sociales también están Raúl Monferrer. "Trabajamos en grupos y a cada grupo les damos su espacio y también ellos pueden elegir lo que hacer". Se hacen distintas actividades con ellos según la edad, "con los más pequeños es más jugar y con los más mayores, igual estamos dos horas hablando, es más conversación", señala.

Escuchar y no juzgar, es clave para le relación con adolescentes

La adolescencia es una etapa muy complicada de la vida y más cuando se trae añadida una mochila pesada que puede acarrear problemas familiares, dificultades a la hora de relacionares con los demás, u otras circunstancia que hagan que estos jóvenes pongan una barrera especialmente con los adultos, por eso, según Miren Emezabal, otra educadora social del equipo, la clave para acercarse a ellos "es la confianza, escucharles y no juzgarles".

En estos años no ha habido en esencia grandes cambios en el desarrollo del programa, pero sí que la introducción de los móviles y las tecnologías es lo que más ha podido cambiar o condicionar la relación de los menores. Los educadores sociales reconocen que todavía no saben muy bien como abordar este tema, aunque tienen claro que hay que dejar las máquinas y "salir a las calles y socializar más".

El año pasado estos educadores sociales del programa intervinieron con 311 menores repartidos en 24 grupos donde realizaron distintas actividades artísticas, deportivas y lúdicas y con alrededor de 1.000 personas en diferentes proyectos educativos comunitarios de los que 832 fueron menores. El trabajo se realiza a pie de calle distribuido por distintas zonas de Irun. Las áres se dividen en las zonas oeste (Anaka, San Miguel, Anzaran, Pinar, Urdanibia, Ventas), centro (Centro, Belaskoenea, Elitxu-Lapitze, Larreaundi y Olaberria) y este (Arbes, Artia, Behobia, Dunboa, Parte Vieja, Santiago, Beraun, Meaka-Ibarla).

El delegado de Bienestar Social, David Nuño, valoraba muy positivamente el trabajo que realiza el equipo y el recorrido y experiencia que tienen y considera que este programa "se plantea como un recurso comunitario de carácter normalizador para este grupo de edad, como medio para prevenir problemáticas posteriores".