"Si esto sigue así, tendré que cerrar el gasolino porque ahora mismo no da para cubrir gastos"
El histórico barco que cruza de Erandio a Barakaldo se encuentra en crisis debido a las ayudas del transporte público y según el encargado de los botes, está cerca de dejar de dar servicio
¿Qué futuro le depara al gasolino que une Erandio y Barakaldo?
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Bilbao
Son las cinco y media de la mañana y el motor del 'Anne' arranca como lleva haciéndolo desde hace más de 30 años. Óscar Suárez, continúa con la labor que hizo su padre, transportar a los vecinos de Erandio a Barakaldo y viceversa en su gasolino. Él realiza el trabajo que ha mamado desde los 14 años, pero desde hace meses que las cuentas no cuadran. El mantenimiento de los barcos, gasolina, seguros, impuestos... todo suma en una cuenta que apenas da para no tener pérdidas. Óscar rema a contracorriente en un mundo donde los nuevos transportes le han comido terreno. Un bote que en el pasado fue la manera de ir a trabajar de cientos vecinos, en historia de la industrialización de Bizkaia, a punto de salir de la ría.
Las ayudas en el transporte público han hecho que muchos de los clientes que tenía se decanten por utilizar el autobús o el metro. "Con este descuento he pasado de llevar a más de 200 pasajeros, a 150 un buen día" explica Óscar. La situación se vuelve cada vez más complicada, también por el coste de los combustibles. El pasaje para cruzar de margen a margen, cuesta un euro con veinte céntimos, pero no da. Aproximadamente al mes gasta 2.000 euros en gasoil y los pasajeros caen a cuentagotas en el barco. "Muchas veces son viajes con un pasajero y claramente no sale rentable ese viaje, pero es el servicio que tenemos que dar", relata.
"Llevo mucho tiempo con el pensamiento de atracar el barco y como mucho limitarme a las excursiones y reservas de fines de semana porque hoy en día, trabajando desde la mañana hasta las nueve de la noche, no sale rentable", revela Óscar. Asegura que se encuentra desesperado y que pese a las veces que ha pensado en abandonar, el próximo día se encuentra en el gasolino. "Si esto sigue así tendré que atracar el barco y cerrar", sentencia.
Excursiones para sobrevivir
Los Ayuntamientos de Barakaldo y Erandio son conscientes de la crítica situación del gasolino, por lo que ambos trabajan de manera directa en viajes culturales escolares y de jubilados subvencionados donde se muestra la industrialización desde el agua. Un impulso, que según Óscar, "no sirve para salir del problema". Él considera que el gasolino tendría que ser tratado como un transporte público.
"La situación podría cambiar si las instituciones ayudasen para que este barco siga vivo, si eso no ocurre, tendré que cerrar pronto". El apoyo popular por mantener el servicio se palpa, incluso unos astilleros en 2021 contrataron el servicio para que transportara de Erandio a Barakaldo a los trabajadores que pintaban los buques en la margen izquierda, pero "ahora se los llevan a Pasajes así que me he quedado sin ese trabajo", comenta el dueño de la embarcación.
La amenaza del "All Iron"
Si el gasolino no tenía problemas para mantenerse a flote, el anuncio de Diputación sobre la construcción de un puente peatonal y ciclable que juntará ambas márgenes, no ha sido una buena noticia. "Llevan más de 20 años presentando proyectos de puentes que se abren y por el momento no han hecho ninguno. Este proyecto se ha confirmado pero me preocuparé cuando vea que está construido. De momento estoy más enfocado en que mañana pueda arrancar el barco", alega Óscar.
Él ha asegurado que se dará un mes más para intentar dar la vuelta a la situación. Un mes en el que espera agarrar fuerte el timón y dar un vuelco a la situación del gasolino. Dejar de pensar en si mañana tendrá que despedir a uno de sus dos empleados, o si directamente tiene que cerrar la empresa, amarrar el barco y cerrar la historia de un barco que surca la ría desde principios del siglo XX.