Puñetazo de Champions contra el Madrid

San Sebastián

Más allá del resultado, y dejando de lado el equipo con el que salió el Real Madrid, para mí tiene mucho mérito la forma de encarar el partido de la Real Sociedad. Que sí, que ya sé que se jugaba mucho en el envite y que lo contrario hubiera sido algo criminal. Estoy de acuerdo. Pero una cosa es decirlo, y otra llevarlo a cabo. Porque no sería la primera vez que un equipo sale agarrotado por la presión de lo que tiene en juego. El mal de altura que le llaman, ¿no? Y eso le podía pesar a esta Real que ve cada vez más cerca el sueño de repetir en la Champions League. Pero nada de eso apareció. Se vio una Real agresiva, intensa, con garra y carácter, demostrando quien realmente tenían mucho en juego en el partido.

El mejor ejemplo de esto que estoy diciendo lo representa Takefusa Kubo. El japonés tiene hambre, y su hambre de Champions es el de la Real Sociedad. Pide la pelota, lo intenta, repite esfuerzos, con y sin balón, y presiona como un león hambriento cada salida de balón Del Real Madrid. Así llegó el primer gol del japonés. Por estar metido de lleno en el partido, por presionar hasta la extenuación y creer hasta el final, por no dar por perdido ningún balón. Ese es Kubo. Esa es la Real. La mejor demostración en el mejor momento. Contra todo un Real Madrid, por mucho que pareciera medio Madrid.

Había que ganar y se ganó. Y se hizo dejando muy buenas sensaciones. Eso también se debe, en gran parte, al nivel superlativo de David Silva. ¡Qué escándalo de partido del canario! Por favor, no te retires nunca. Es una delicia verle jugar a ese nivel. Es el mejor guía en el mejor momento para volver a viajar en primera clase por el continente. Y lo dije en la previa, mi deseo era que Ander Barrenetxea cerrara el círculo de sus malditas lesiones, y volviera a marcar contra el Real Madrid. Como hace cuatro años. Y el donostiarra cerró la fiesta por todo lo alto, con otro golazo. Noche inolvidable, noche para soñar a lo grande. Remátalo Real. Este es el camino.