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Escuelas al aire libre, la pedagogía del bosque

Ante el cierre de numerosas escuelas infantiles por la bajada de la natalidad, modelos como Bihotz Inguru perviven gracias a la vocación y a la implicación de las familias

Escuelas al aire libre, la pedagogía del bosque

Escuelas al aire libre, la pedagogía del bosque

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Bilbao

Acceder a Bihotz Inguru es adentrarse en el monte. Esta Baso Eskola está ubicada en lo alto del Monte Ulía de San Sebastián. Allí donde llega el transporte público y privado con el alumnado, allí comienza una subida de cerca de cien metros a pie a través de la vegetación. El programa A vivir que son dos días Euskadi ha visitado la escuela. Un día de lluvia con el bosque embarrado, recorremos la distancia que a diario realiza la veintena de niños y niñas matriculados.

Caminando por el bosque hacia Bihotz Inguru

Caminando por el bosque hacia Bihotz Inguru / Cadena SER

Kati Illarramendi Unanue, psicopedagoga, nos acompaña. Es una escuela sin aulas, sin paredes, que acoge a alumnos de dos a seis años. "Es una metodología empoderadora muy particular, nos explica, el entorno es nuestro espacio de aprendizaje". Estos niños y niñas aprenden en contacto directo con la naturaleza y con la vida real. Cuentan con un acompañante por cada 6 o 7 niños, grupos heterogéneos de edades diferentes. "Esta metodología tiene como criterio principal acoger el momento presente, lo que la vida expresa en el aquí y ahora. Tanto los estímulos externos como la lluvia o la meteorología como el mundo interno del niño y la niña", detalla. "El objetivo es que el niño aprenda a autogestionarse y empoderarse, a tomar la responsabilidad de sus procesos internos, porque sabemos que el ser humano tiene una capacidad innata para autorregularse, tiene un sistema nervioso que responde de manera autónoma", cuenta.

Kati Illarramendi Unanue

Kati Illarramendi Unanue / Cadena SER

Por la mañana, parten de un árbol al que llaman Xarma. Ahí se despiden de las familias y comienzan el día. Dependiendo del tiempo, deciden el recorrido y un lugar de juego. Pasean para bajar la intensidad con la que llegan a la escuela y tienen el momento del juego libre. "Es el momento en el que el niño elige con quién y a qué juega, en el que conecta consigo mismo y con sus necesidades de crecimiento", detalla Jon Mikel Zubeldia Goenaga, socio y acompañante. Después llega el cuento improvisado y la comida. Por la tarde, algunos hacen siesta y otros siguen jugando. Terminan el día con actividades relacionadas con la vida, como un taller de cocina o de manualidades.

Maite, Lide y Axier junto a Xarma

Maite, Lide y Axier junto a Xarma / Cadena SER

Maite Martín es madre de Aimar, de dos años y alumno de Bihotz Inguru, y de June, de 6, que lo fue hasta que tuvo que cambiar de centro para cursar Primaria. Al igual que Lide Zatarain, madre de Aiala, de 4 años, Maite es una convencida del modelo de Baso Eskola. Ambas familias dan mucha importancia a la educación emocional y consideran que las escuelas al aire libre son una inversión.

Menos nacimientos

El descenso de la natalidad es una de las grandes amenazas a las que se enfrentan las escuelas de 0 a 6 años. El año pasado, los nacimientos descendieron un 4,5% con respecto al año anterior. Esa es tan solo una de las causas, unida, según explica desde la Asociación de Escuelas Infantiles Autorizadas de Bizkaia (Haurpribi) su presidenta, Aitziber Aguirre, a la gratuidad de las haurreskolak y las ayudas a las aulas concertadas de dos años para el próximo curso. Eder Zaldívar, presidente de la Asociación de Escuelas Infantiles Autorizadas de Euskadi (Giarbi), reivindica más políticas por parte de la administración y más financiación.

Una apuesta por la conciliación

Detrás del descenso de la natalidad hay diversos factores, según Elena Carriedo, agente de cambio. Faltan políticas de conciliación, falta cambiar la cultura de las organizaciones y hay que incidir en las diferencias salariales. "La cultura en las organizaciones es de control, no de confianza", advierte. Además, las mujeres tienden a posponer la maternidad. En Euskadi, el 33,9% de las madres tienen entre 35 y 39 años, y el 32,8% entre 30 y 34 años. Tan solo el 7,3% es menor de 25 años. La carrera profesional es una de las razones que influyen en el número de nacimientos así como en el retraso de la maternidad.

Para Garbiñe Henry, doctora en Sociología por la Universidad de Deusto, las ayudas económicas del Gobierno poco contribuyen al fomento de la natalidad. En su opinión, son necesarias más medidas por parte de la Administración para equilibrar las consecuencias derivadas de la incertidumbre económica o de los problemas de conciliación.

 
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