Fontecha exige al Gobierno vasco limpiar el río para evitar nuevas inundaciones
La tromba de agua registrada este martes provocó que el arroyo del Lago se desbordara, anegando el pueblo y causando daños en varias propiedad
Vitoria
Fontecha, Bergüenda o Villambrosa entre otros municipios tratan de recuperarse de la tromba de agua que ayer martes debordó ríos y anegó las calles y varias propiedades de estas localidades alavesas.
En el caso de Fontecha, este último episodio ha puesto en evidencia el problema que arrastra este pueblo con la situación del arroyo del Lago que llevan denunciando desde hace tiempo.
Jesús Montejo, presidente de la Junta Administrativa de Fontecha, explica a Cadena SER Vitoria que los daños se produjeron por el desbordamiento del río y que se podrían haber evitado con una limpieza del cauce que no autoriza la Agencia Vasca del Agua (URA) por la protección "de los animales y la vegetación autóctona" existente en los márgenes del arroyo.
Montejo ha recordado que antes se limpiaba en verano, pero "ahora se va dejando, se sedimentan otros 20 centímetros más y al final se va a poner al nivel de la calle".
Jesús Montejo, presidente de la Junta Administrativa de Fontecha, sobre las inundaciones por la última tormenta
25 litros por metros cuadrado en 20 minutos
En Bergüenda se registraron 25 litros por metro cuadrado en 20 minutos. En su caso, la fuerte tormenta no fue el único factor que provocó el desbordamiento del río Omecillo, puesto que este baja de dos pueblos colindantes, Villambrosa, que registró 90 litros por metros cuadrado, y Alcedo, en donde cayeron 40 litros por metros cuadrado.
Antonio Achurra, presidente de la Junta Administrativa de Bergüenda, ha detallado que el arroyo "pasa por debajo de la carretera", en el cual se divide en dos tuberías. La arqueta no pudo contener "todo los litros", lo que produjo que "se sobrepasara" y "salió por la carretera".
Las inundaciones produjeron daños en varias propiedades del pueblo, como un garaje que se anegó y se llenó de barro, explica Achurra, y una casa donde se se calcula que hay "cuatro o cinco dedos de barro".