Exposición en Arma Plaza muestra el trabajo de los arrantzales de Hondarribia en el vertido del Prestige en 2003

Irun

Arma Plaza albergará desde ayer hasta el 18 de junio una exposición fotográfica sobre la recogida de chapapote llevada a cabo por los arrantzales de Hondarribia en el mar durante la catástrofe del vertido del buque petrolero PRESTIGE en 2003. La presentación oficial tuvo lugar en la propia exposición con la presencia del concejal de medio ambiente en funciones, Juan Luis Silanes, el organizador de la exposición, Migel Ceberio, y Amaia Ausan y Meltxor Amunarriz en representación de la Cofradía de Pescadores.

El concejal de Medioambiente en funciones, Juan Luis Silanes, considera que esta iniciativa es muy interesante para el Ayuntamiento. "Nos parece muy adecuado que toda la ciudadanía, sobre todo los más jóvenes y aquellos que no presenciaron lo ocurrido hace 20 años, vean la magnitud del desastre y conozcan el trabajo realizado por nuestros pescadores", afirmó.

Catástrofe del Prestige

La catástrofe ocurrió en la costa gallega. El buque petrolero Prestige, de gran tamaño con una longitud de 243 metros y una capacidad de 81,159 toneladas, sufrió su primera grieta el 12 de noviembre de 2002 y se hundió dividiéndose en dos a 19 metros de profundidad. A partir de ese momento, el buque hundido a 600 km de distancia de Hondarribia comenzó a derramar petróleo.

En enero, una gran mancha negra llegó a nuestras costas. Los arrantzales vascos, con alrededor de 130 embarcaciones, se dedicaron a la tarea de limpieza en el mar para evitar que la mancha llegara a la costa en Bizkaia, Gipuzkoa y Lapurdi, y por supuesto, en Hondarribia.

El grupo organizado por el Gobierno Vasco junto a los pescadores logró recolectar 21,000 toneladas de fuel en el mar, mientras que unas 3,200 toneladas llegaron a la costa. Fue la primera vez que se respondió de manera tan significativa ante una tragedia similar, ya que nunca antes se había logrado una recolección mayor en el mar que en la costa, y además, de forma manual.

Esta exposición rinde un sencillo homenaje a nuestros pescadores y sirve de recuerdo para las generaciones futuras sobre el trabajo que realizan. La obra de Miguel Ceberio es un documento gráfico de la época, una muestra de los desastres ecológicos que hemos causado en el mundo y en particular en nuestro entorno.