Esta mañana se han registrado hasta siete picaduras de carabela portuguesa en la Playa de Zurriola, por lo que se ha procedido a colocar bandera roja y a prohibir el baño. Los socorristas de BPX Port han procedido a desalojar a las personas que se estaban bañando, con algunos problemas con monitores de escuelas de surf que se resistían a salir del agua. Las carabelas portuguesas regresaron a la costa guipuzcoana tras más de una década sin visitar nuestras aguas. El domingo por la tarde saltaron todas las alarmas después de que dos bañistas en San Sebastián, uno en la playa de Ondarreta y el otro en la isla de Santa Clara, tuvieran que ser atendidos por sendas picaduras. En consecuencia, los servicios de Protección Civil rastrearon las aguas de la bahía y localizaron seis ejemplares, activando el protocolo de seguridad. Durante toda la mañana de ayer, mientras la bandera amarilla presidía los arenales de la capital, miembros del equipo de socorristas, embarcaciones de limpieza y demás medios inspeccionaron la zona para ver si avistaban o no algún nuevo ejemplar, pero «el resultado ha sido negativo» confirmaba Carlos García, concejal de Mantenimiento y Servicios Urbanos. No obstante, el edil recordaba que la reapertura del baño libre quedaba supeditada a la posible aparición de nuevos ejemplares, que de producirse, volverían a reactivar el protocolo. Además de en San Sebastián, tal y como informaba Cruz Roja a través de sus redes sociales, se atisbó la presencia de carabelas portuguesas en otros punto de la geografía guipuzcoana como Hondarribi, Getaria (en las playas de Malkorbe y Gaztetape) y en Zarautz, donde este mediodía se han producido dos picaduras. En cualquier caso, ninguna de las playas del territorio ha prohibido a los usuarios bañarse, pero instan a que lo hagan con precaución. A pesar de que su aspecto responde al de una medusa no lo son. Xabier Lasaga, portavoz del Aquarium de San Sebastián, explicaba que se trata de «organismos coloniales llamados hidroides». Se caracterizan por su velo, de entre 15 y 20 centímetros de diámetro, de colores muy vistosos, azules y violetas, que lo convierten en una especie muy vistosa. Ahora bien, decía Lasaga que lo verdaderamente peligro de este animal son los tentáculos que pueden alcanzar los 10 metros de largo. La carabela portuguesa habita en aguas cálidas, especialmente en las regiones tropicales y subtropicales del Pacífico y del Índico. «No nos podemos olvidar que aquí, en el océano Atlántico» indicaba el portavoz «tenemos una corriente que es bastante cálida» que «suponemos han podido salir de ahí». El contacto con sus tentáculos provoca quemaduras e hinchazón en la piel, síntomas que son más intensos en personas alérgicas, niños, mujeres embarazadas o personas mayores con problemas de salud, en cuyo caso puede llegar a producir un shock anafiláctico. Por tanto, en caso de sufrir la picadura de este carnívoro se recomienda no tocar la zona, no frotar con agua dulce o arena, evitar la exposición al sol y acudir inmediatamente al servicio de socorristas de las playas. Según informan fuentes del departamento de Salud del Gobierno Vasco, las carabelas portuguesas han sido avistadas en playas de Bizkaia, pero sin que hayan afectado a los bañistas, por lo que no han tenido que activar el protocolo que tenemos preparado ante casos de picaduras. La situación, apuntan, podría variar en cualquier momento dependiendo de las condiciones del mar, luego quedan pendientes de su evolución.