Una anomalía a corregir en el frontón Ogueta
El frontis del frontón Ogueta de Vitoria-Gasteiz tiene 70 centímetros menos de altura de lo habitual por una polémica decisión que se remonta a los años 80
Vitoria-Gasteiz
Estuve presenciando la final de mano parejas del Torneo Virgen Banca en el frontón Ogueta y me encontré con un gran amigo, Ion Aspiazu, que fue un pelotari manista importante del campo aficionado, con el que compartí modestas labores dirigentes en un club de pelota. Recordamos como la cancha se inauguró en 1979, con un partido en el que intervinieron cuatro veteranos manistas, entre los que se encontraba Ogueta y me dio un dato que yo había olvidado: previamente a esta inauguración, hubo otra el mismo día en la que intervinieron pelotaris aficionados, pertenecientes al Club de Pelota Vasca de Zaramaga, entidad importante entonces y que hoy continúa con una gran actividad.
La anomalía del Ogueta
Hablamos también sobre la anomalía que presenta el Ogueta. Su frontis tiene una altura de 9,30 metros, en vez de 10 metros, que es lo habitual y al parecer lo reglamentario. En los frontones donde juegan los profesionales, sólo recuerdo un caso parecido, el del Beotibar de Tolosa, donde la diferencia entre la altura del frontis y la pared izquierda es de unos 25 centímetros.
Cuando se inauguró el frontón Ogueta, el 31 de marzo de 1979, la chapa superior del frontis y la línea de la parte alta de la pared izquierda se encontraban a la misma altura: 10 metros.
Los pelotaris están habituados y entrenados para golpear la pelota con frontis de 10 metros y, en ocasiones, apuran el pelotazo enviando la pelota a la altura máxima, justo bajo la chapa superior, para atrasarla así al máximo. Ese capado en la altura del Ogueta supone que envíen la bola al colchón superior en más ocasiones que lo normal. Es como si la pista de tenis, por ejemplo, se redujera en longitud o anchura medio metro. Los tenistas lanzarían numerosas pelotas fuera.
En la final, a la que me refiero al principio, conté el numero de pelotas que los manistas enviaron por encima de la chapa superior del frontis, que hubieran sido buenas en otro frontón, al no rebasar los 10 metros: fueron siete.
¿Qué ocurrió en 1981?
Alberto Bengoa Zarobe fue un destacado pelotari manista aficionado con una experiencia dilatada en la cancha y posteriormente fue dirigente deportivo. En 1981 era vicepresidente de la Federación Alavesa de Pelota Vasca. Nos explica qué es lo que ocurrió, para que se rebajase la altura del frontis:
“Juan Carlos Alti era el empresario de pelota profesional al que pertenecía el pelotari Retegi II, el cual tenía que disputar una semifinal del manomanista ante Maíz II, en el frontón Ogueta de Vitoria. Maíz tenía una fuerza en sus brazos excepcional y conseguía en ocasiones desplazar la pelota a las cercanías del rebote. El empresario vitoriano hizo las gestiones oportunas en el Ayuntamiento para que el fleje superior del frontis fuera colocado a 9,30 metros del suelo, rebajando en 70 centímetros la distancia de 10 metros, donde se había colocado desde su inauguración en 1979. Consiguió que se cambiara. El fin, era obtener presuntamente ventaja para su pelotari, en aquel partido. Maíz, con la altura del frontis a 10 metros, conseguía atrasar la pelota un cuadro mas, que con los 9,30.”
La estatura de Antxon Maíz era de1,92, con unos brazos y manos “como palas”. Tal era su poderío físico, que se le nombraba en los periódicos cariñosamente como “Maizinger”, comparándosele a un personaje de dibujos animados de la época: Mazinger Z, un robot gigante que luchaba contra las fuerzas malignas del Dr. Infierno.
El 1 de abril de 1981, los operarios colocaron la chapa superior del frontis en la nueva altura y el día 4 del mismo mes se estrenaba la nueva distancia, en el partido disputado por el riojano Picote y el alavés Zengotita, en eliminatoria del campeonato manomanista profesional de segunda categoría.
El 26 de abril se jugó, con el frontis rebajado, la mencionada semifinal entre Maíz II y Retegi II, que ganó el segundo por 22-12. Retegi II fue un pelotari excepcional y es posible que hubiera ganado el partido sin el frontis rebajado. Pero esto no lo podemos saber.
Qué pasó después
Alberto Bengoa nos relata que es lo que sucedió con el susodicho frontis tras la disputa de aquella semifinal y las gestiones federativas llevadas a cabo entonces al respecto: “Tras disputarse aquella semifinal, desde la Federación exigimos al Ayuntamiento que la chapa se colocara de nuevo a 10 metros, como así se hizo, pero la empresa de nuevo presionó y se volvió a colocar a 9,30. Tras ello, pedimos al Ayuntamiento de nuevo que se respetaran los 10 metros, pero no fuimos atendidos y ahí sigue a 9,30. Parece mentira que no se hiciera caso entonces a la Federación, el ente que regula y controla este deporte.”
Nunca es tarde. Estamos a tiempo de corregir esta anomalía. El propio Consejo Superior de Deportes, establece como como altura del frontis la distancia de 10 metros.