Kubo reina en la locura

San Sebastián

Merece la pena pagar la entrada del Reale Arena para ver a Takefusa Kubo. Es el rey de Anoeta. Le han dado las llaves de la Real Sociedad en este inicio de Liga y las ha agarrado con fuerza para abrir la puerta de la primera victoria de la temporada. El japonés inició el espectáculo loco en el que acabó el partido contra el Granada, con ocho goles y alguno más que se quedó en el camino. Marcó cinco la Real Sociedad y tres el Granada, que espabiló en la recta final después de estar en la lona durante muchos minutos y poder haberse llevado un resultado mucho más abultado para casa. Porque los donostiarras perdonaron lo indecible en la recta final, aunque por fortuna ya tenían una ventaja sustancial como para no ver peligrar su primer triunfo del curso. Una victoria que lleva la firma de Kubo, con su doblete en la primera parte y otro que mereció marcar tras el descanso, pero se lo birló Miki Bosch.

La Real Sociedad jugó veinte minutos en la primera parte a lo que sabe, y eso le sirvió para irse por delante en el marcador. Los diez primeros y los diez últimos. Y en esos minutos marcó los dos goles con los que alcanzaba el descanso con ventaja. Los dos del jugador del partido, un inconmensurable Take Kubo, que hizo las delicias de los aficionados con dos goles marca de la casa. El primero después de aprovechar un pase a la espalda de la defensa del Granada de Brais Méndez. Se plantó solo delante de Raúl Fernández y con la pausa de los cracks la puso rasita a la izquierda de la portería nazarí.

Y el segundo fue un golazo maravilloso, tras aprovechar un buen control, irse para adentro, pisar área y soltar un latigazo que se colaba por toda la escuadra de la portería del Granada después de dibujar un arco maravilloso. Pudo ayudar Carlos Neva, que tocó un poco la pelota, pero que nadie le quite al japonés la delicia de golpeo y gol. Entre medias, entre el espectáculo de Kubo, el Granada supo sobrevivir de pie sin apenas llegar al área de Remiro y sacando petróleo de uno de sus dos córners. Un saque de esquina corto y raso se lo metió Le Normand en propia puerta después de la presión de Lucas Boyé, que demostró que puede ser muy importante para el equipo de Paco López. El Granada empataba después un penalti no pitado sobre Mikel Oyarzabal. Del posible penalti se pasó a la igualada del equipo nazarí en una jugada.

Nadie esperaba que tras el descanso el partido se convirtiera en todo un festival de goles. Pero lo que al descanso era un 2-1 acabó con un 5-3, con una Real desatada y un Granada que parecía haber dimitido del partido, pero que se levantó de la lona al final para tirar de orgullo marcar dos goles que maquillaban el resultado. Volvió el equipo donostiarra de vestuarios con su versión apisonadora. En definitiva, volvió la Real. Así, de manera literal. Monopolizó la pelota y bailó al Granada, con un juego de muchos quilates y teniendo la eficacia que quizá había faltado en jornadas anteriores. Marcaron Zubimendi, Barrenetxea en posición dudosa y otro en propia puerta con la firma de Kubo. La Real se ponía 5-1 mientras el Granada perseguía sombras. Imanol apostó por seguir con esa dinámica goleadora y de fútbol, y con los cambios la orden era clara, no aflojar y seguir mirando a la portería del Granada, seguir dando espectáculo para conseguir un marcador mucho más abultado.

Lo tuvieron Cho y Sadiq, pero de manera incomprensible fallaron lo que parecía imposible de fallar. Todos buscaban al ‘Látigo de Kaduna’, pero el nigeriano no encontró el gol. Todo esto convirtió partido en un correcalles en la recta final y reactivó a un tocado Granada, que aprovechó para maquillar el resultado con los goles de Lucas Boyé y Bryan Zaragoza. El resultado final, todo un espectáculo, nada que envidiar a lo que nos quieren vender de la Premier y que aquí parece que no se ve. Pues existe, quedó demostrado en el Reale Arena. Y encima esta Take Kubo, y eso no lo tienen en Inglaterra.

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