El próximo domingo día 17 de septiembre se celebra en Navaridas la edición número 28 de la Fiesta de Vendimia, un evento que tiene un precedente en la Semana del Vino Artesano de Rioja Alavesa, cuya primera edición se llevó a cabo en 1978, organizada por la la Caja de Ahorros Municipal de Vitoria. En el diseño y desarrollo de aquel evento tuvo parte importante Luis María Bengoa, responsable del área rural de la institución, quien es el autor de la frase “Vino Artesano de Rioja Alavesa, con carnet de identidad”, que figuró en un cartel. Víctor Ayala, responsable de la entidad en Laguardia fue otra de las personas que realizó un gran trabajo para llevar adelante la celebración de la fiesta. Durante los días 6 al 13 de agosto de aquel año, la localidad de Laguardia acogió en «El Collado» una serie de actos, entre ellos una feria de maquinaria vinícola y la exposición y venta de vinos de diversas bodegas familiares. Hubo además una muestra del mundo del vino en la que se expusieron útiles y aperos antiguos utilizados tanto en la labranza de las fincas como en la bodegas. Dos expertos en la materia ofrecieron sendas conferencias. Una sobre sobre arte y problemas de la vid y el vino, a cargo del José Antonio Sologuren, director gerente de la Sociedad General de Viñas, empresa perteneciente entonces a Domecq, que se estableció en Elciego. La otra disertación, sobre la gastronomía y el vino de Rioja Alavesa, fue desarrollada por José María Busca Isusi, bromólogo, enólogo, micólogo y escritor, considerado por la Real Academia de la Historia “como el patriarca de las letras gastronómicas vascas”. El evento contó con competiciones deportivas populares: el Campeonato de Rioja Alavesa de Soka Tira; el torneo de levantamiento de pellejos de vino, al estilo de los harrijasotzailes; el Kantara Erute, una variante del Txinga Erute, consistente en llevar agarrados dos garrafones llenos de vino, uno en cada mano, de una capacidad de una cántara, ganando el participante que mayor distanciaría recorriera. El acto estrella de la semana fue el concurso de catadores de vino celebrado en la Plaza Mayor. Los participantes debían distinguir: vino ajeno a la Rioja, vino de las diversas zonas de Rioja, vino de cuatro localidades diferentes de Rioja Alavesa y finalmente saber diferenciar vino aguado, sulfuroso, sulfhídrico, encanecido, envejecido natural, envejecido, artificial y vino equilibrado. Un concurso estuvo dedicado a los productores de vino de bodegas familiares y cooperativas que elaboraban única y exclusivamente su propia cosecha y otro para bodegas en general. Dieron ambiente a la fiesta durante dos días los blusas vitorianos de las cuadrillas LosTímidos, Gasteiztarrak Txo y Flatorrak, a los que tras finalizar las fiestas vitorianas de La Blanca aun les quedaban reservas para alegrar esa semana dedicada al vino alavés. En palabras de Luis María Bengoa “aquello fue el arranque de una iniciativa que hoy día es una realidad«. »El etiquetado de las botellas de cada vino de las bodegas familiares es algo habitual y prestigioso, mientras que entonces solo lo hacían las grandes bodegas”.