No deja de ser un hecho circunstancial, pero a estas alturas de la temporada el Athletic es el equipo (junto a la Unión Deportiva Las Palmas) menos goleado de la categoría. Es cierto que tan solo se han disputado seis jornadas, y que aún queda un mundo para que acabe esta temporada. Es más, prácticamente nadie piensa en que el equipo de Valverde va a acabar la temporada siendo el equipo que menos encaja, pero, al menos, deja a las claras las intenciones del entrenador: el juego del equipo se construye desde atrás. Y eso no quiere decir que se trate de un equipo defensivo o que se olvida del ataque, sino que su juego ofensivo comienza a fraguarse con una defensa que concede muy poco. El dicho popular apunta a que la mejor defensa es un buen ataque. En este caso, el mejor ataque es una buena defensa. Porque, en el capítulo ofensivo, el club rojiblanco es de los más efectivos. Tan solo cuatro conjuntos de Primera división superan al Athletic en la faceta anotadora: Barcelona, Girona, Real Madrid y Atlético de Madrid. El rendimiento defensivo del equipo no se debe única y exclusivamente a los cuatro componentes de la zaga rojiblanca. El medio del campo y también la delantera contribuyen con sus repliegues a fortalecer el equipo en la línea de cobertura. Además, el excelente arranque de temporada de Unai Simón catapulta a los leones a obtener esos datos tan positivos. El portero del Athletic se ha destapado en las seis jornadas disputadas con unas intervenciones que recuerdan a ese guardameta que alcanzó la internacionalidad absoluta. Un portero que da puntos. De los cuatro goles encajados, la mitad se los ha metido el Real Madrid en la primera jornada de la temporada. En los otros cinco encuentros, el equipo ha mantenido una estructura equilibrada en todas las líneas lo que ha fortalecido Pero, aunque los números no engañan, lo importante no son tanto las cifras como las sensaciones que transmiten los leones. Han conformado una plantilla solvente y que ilusiona a una parroquia que necesita de buenas noticias después de demasiadas temporadas de sinsabores.