Hoy por Hoy Euskadi conmemora el 'Mandela Eguna' desde el Centro Penitenciario de Gipuzkoa
Una jornada en la que la Asociación Arrats recibirá el Premio Gómez Elosegui a las buenas prácticas penitenciarias en el marco del 'Mandela Eguna'
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Hace dos años, el Gobierno Vasco asumió la competencia de gestionar las tres prisiones vascas, marcando un cambio significativo en el sistema penitenciario de la región. Este lunes, en 'Hoy por Hoy Euskadi' desde el centro penitenciario de Gipuzkoa, se han analizado estos últimos años coincidiendo con la celebración del primer 'Mandela Eguna', fecha fijada por primera vez en el calendario de la Dirección de Justicia que busca destacar la labor de los funcionarios de prisiones y reivindicar el derecho a un trato digno para las personas privadas de libertad.
En funcionamiento desde 1948 y con 330 reclusos en la actualidad - 110 en régimen de semi libertad - el futuro más inmediato del centro ubicado en Martutene implica su traslado a Zubieta, un espacio que tendrá "ventajas notables" en comparación con las instalaciones actuales, la planificación por módulos entre ellas: "Ahora todos están juntos, las personas más primarias está compartiendo espacios con gente con más estancias, perfiles más complicados, en este sentido es peor, es un factor negativo para el interno y se subsanará cuando se abra el centro de Zubieta", ha explicado Melchor Ibarburu, educador en el centro.
Un cambio que conllevará la revisión de todos los procedimientos de trabajo, con una mayor presencia de empresas externas que favorezca la reinserción y más espacio para los internos que contarán con celdas individuales, algo impensable en un centro "con sobreocupación", según el director del centro Alfredo Gómez, "en Zubieta este problema se elimina". En esta línea, explica, ha aumentado el colectivo relacionado con los delitos de violencia de género y, sobre todo, el quebrantamiento de medidas cautelares o condenas firmes. "Hay gente que no comprende las condiciones de una suspensión o de una orden de alejamiento, entienden que si es consentido no les afecta y sí les afecta", añade Ibarburu.
Hacia una política de reinserción
Uno de los principales objetivos para conseguir el traspaso de competencias en materia de prisiones era establecer su propio modelo penitenciario, orientado hacia la reinserción social de los reclusos. Jaime Tapia, asesor del Gobierno Vasco en este ámbito, afirma que apostar por el cumplimiento de las penas en régimen de semilibertad fue una decisión "política e ideológica", pero basado, en todo momento, en un "conocimiento científico claro". En concreto, Tapia explica que aquellos que acceden a la "libertad definitiva" pasando anteriormente por el régimen de semilibertad, "tienen una mayor probabilidad" de "no volver a cometer delitos" y "culminar sus necesidades de una manera lícita".
Se trata, asegura el asesor, de un sistema penal con beneficios tanto para los internos a nivel individual como a nivel colectivo en términos sociales. Explica que a los primeros "les evitamos el mal que es la privación de libertad" cuyo impacto positivo redunda directamente en la sociedad. "Si hay un mayor índice reinserción, si hay una menor tasa de criminalidad" no cabe duda de que "al final la sociedad va a sentirse más segura, más tranquila y más satisfecha".
De cara a los próximos años, Tapia se pone como reto "implicar un poco más a la sociedad". Están colaborando con las tres Diputaciones Forales y con otros departamentos del ejecutivo vasco, pero necesitan a la red comunitaria "más". "Hemos mantenido cierta relación para que los programas y actividades no decayeran, pero necesitamos un poquito más, un empujón para convencerles que aquí hay personas que terminada la condena necesitan un apoyo complementario".
Arrats, Premio Gómez Elosegui
Esta tarde la Asociación Arrats ha sido reconocida con el Premio Gómez Elosegui a las buenas prácticas penitenciarias. En Arrats realizan un trabajo de acompañamiento con el reo desde su internamiento hasta la salida, poniendo especial hincapié en esta última etapa. Amaia Aguirregabiria, coordinadora de los recursos de penados de Arrats, cuenta que los reclusos "acaban institucionalizándose" y que una vez salen deben hacer frente a cuestiones como la búsqueda de empleo -en la que la justificación de dónde ha transcurrido la última temporada de su vida supone muchas veces un estigma- o la recuperación de las relaciones personales.
En este aspecto, la asociación cuenta con un centro de día. "Teníamos nuestra hoja de ruta", pero "tuvimos que cambiarla" y adaptarla así a "las necesidades que traían las personas que nos derivaban". De momento, son 16 las personas que se encuentran en el establecimiento.