Los insectos exóticos nos invaden sin control
La llegada de nuevas especies de insectos a Euskadi es una realidad constante y nadie se encarga de vigilar su llegada
Nido de avispa asiática
Bilbao
Esta semana se ha convertido en noticia la plaga del chinche apestoso marrón, la Halyomorpha halys, que estos días está infestando muchas casas de Bizkaia y Gipuzkoa. Se trata de una especie llegada desde Asia que lleva más de un año instalada en Euskadi, aunque ha sido estos días cuando más ha llamado la atención, probablemente por su fuerte expansión durante el último año. Es, según hemos podido saber, uno de los muchísimos insectos que están llegando a Euskadi por el cambio climático o el movimiento humano, y lo peor es que están llegando sin ningún tipo de control.
Así lo asegura el entomólogo de la Asociación de Ciencias Aranzadi, Alberto Castro, que apunta a que el movimiento humano, de personas y mercancías, y el cambio climático están provocando que cada vez sean más los insectos invasores que llegan a Euskadi para quedarse y lo hacen además sin que nos demos cuenta. Según Castro, "no sabemos ni lo que está llegando, porque son tantas, y no hay ningún sistema de vigilancia. No se ponen los medios ni los recursos, está descontroladísimo".
El entomólogo de Aranzadi puntualiza que no hay contrataciones directas para realizar este control de insectos invasores, son los científicos los que piden subvenciones para estudios concretos y eso no permite un seguimiento continuo, lo que puede provocar que para cuando queramos reaccionar sea tarde.
La reacción puede llegar tarde
De hecho, Castro se muestra pesimista y opina que "se harán cosas cuando el problema ya esté, cuando esté afectando a un cultivo importante o esté afectando a un aspecto de la sanidad muy importante. Cuando ya haya un problema muy gordo", entonces se tomarán medidas.
Por fortuna, la chinche apestosa marrón no supone ningún riesgo para los humanos ni para los animales, aunque de seguir expandiéndose podría convertirse en plaga y afectar a los cultivos y a los árboles frutales. Y esta chinche es sólo un ejemplo más que se suma a otros ya imposibles de erradicar de Euskadi, como la avispa asiática o el mosquito tigre. Lo peor parece ser que no tardaremos en descubrir cuál es el siguiente.
