La botella con la imagen de la Virgen de Begoña que el mar arrastró 1.200 millas por el océano desde Bilbao hasta Almáciga, en Tenerife

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En 1945​ se celebraba el Xacobeo y un grupo de fieles salió desde Bilbao en barco con dirección a Santiago de Compostela. Durante la travesía, Martín Valle tiró por la borda una botella que en su interior contenía un mensaje y cinco estampas de la 'amatxu'. La botella llegó a las playas del otro lado de España, del océano incluso, hasta el pueblecito de Almáciga al noreste de Tenerife.

Cuando la noticia llegó a Bilbao se envió una réplica exacta de la imagen de la Virgen de la Begoña por petición de los vecinos de Almáciga.​

La imagen y todo en sí fue donado por personas y cofradías de la capital bizkaina, incluso la travesía por mar en la que peregrinos de Bilbao acompañarían a la imagen.

Llegada la imagen a Almáciga fue entronizada por el obispo de la Diócesis de Tenerife en la ermita que se había construido en 1936 en la localidad en honor de San Juan Bautista, ampliándose tras la llegada de la Virgen y cambiando su titularidad por la de Nuestra Señora de Begoña.

Desde entonces la imagen ha recibido culto y veneración por gentes venidas desde toda la isla de Tenerife, desde otras islas del Archipiélago Canario y por supuesto gentes venidas desde Bilbao y de otras partes del Euskadi.

70 años después de la llegada a la costa de la isla canaria de la botella lanzada al mar, el templo dedicado a la 'amatxu' se inauguró en junio de 2019.

Para la construcción del templo se contó con donativos de los habitantes del municipio y con la recaudación de la Cofradía de Begoña, de Bilbao que permitió enviar 18.000 euros en dos años.