Llevar una vida saludable reduce en un 90% las probabilidades de padecer un ictus

El ictus es una enfermedad que causa al año 200 casos por cada 100.000 habitantes. Esto significa que en Euskadi se diagnostican anualmente 6000 nuevos pacientes, de ellos 1.700 en Gipuzkoa. Maite Martínez, coordinadora de la unidad del ictus del Hospital Donostia, explica en 'Hoy por Hoy San Sebastián' que los ictus se caracterizan por "la brusquedad" con la que se manifiestan. "Estamos bien y de repente estamos mal, sin poder hacer aquello que realizábamos con normalidad, como hablar, mover una parte del cuerpo o ver por un ojo".

La edad, el sexo o la etnia son algunos de los factores que pueden favorecer la aparición de los ictus. En principio, los hombres tienen una mayor probabilidad de sufrir esta enfermedad, ya que "la hormona femenina protege a la mujer durante una parte de su vida". No obstante, Martínez aclara que "en las personas mayores el riesgo se iguala". Estas condiciones, señala, no se pueden cambiar, y afirma que existen otras circunstancias que dependen de cada uno y que pueden reducir las posibilidades de padecerlo.

La coordinadora indica que "tenemos que saber" que "lo que comemos, el sedentarismo, la obesidad y hábitos tóxicos como el tabaquismo o el beber en exceso" influyen "muchísimo" y confiesa que esta es "la parte que a los profesionales nos interesa más subrayar". En este sentido, apunta que llevando un estilo de vida saludable "de los 10 ictus que recibo, me ahorraría entre 8 y 9".

¿Cómo actuar ante un ictus?

El 29 de octubre se celebra el Día Mundial del Ictus, una jornada en la que los profesionales quieren hacer hincapié en lo cruciales que resultan tanto la prevención como la rapidez del diagnóstico y su correspondiente tratamiento. En los casos de padecer o ver cómo alguien de nuestro alrededor sufre un accidente cerebrovascular, es importante saber cómo actuar. "Lo que debemos hacer es sentarnos o recostarnos", "no tomar nada, ni una aspirina" y estar en un entorno tranquilo. Añade, que mejor que acudir al hospital, es mejor llamar al 112. "De esta manera, nos aseguramos el traslado rápido y al lugar adecuado", pues "se activan todos los mecanismos de aviso dentro del hospital" de forma que "cuando lleguemos nos están esperando".

En la unidad del ictus del Hospital Donostia entorno al "70% de los pacientes que tratamos retornan a domicilio", mientras que el resto son trasladados a un centro para continuar con el tratamiento rehabilitador. Martínez remarca que "estamos logrando" que 7 de cada 10 pacientes "sean autónomos", es decir, "que son capaces de desplazarse sin ayuda". Todo ello, tras 3 meses de trabajo con ellos. En cuento a la mortalidad, la tasa se sitúa por debajo del 10%.

"Me costó asimilar y asumir lo que tenía"

La vida de Sonia Alberdi cambió radicalmente en 2017. La hernaniarra ha contado cómo tras despertarse su mano "empezó a moverse sola". Seguidamente, se levantó para ir hacia el baño y veía que "el suelo desaparecía, que me iba a caer al vació". De repente, se cayó. Tras ser ayudada por su hija, Alberdi trató de vestirse, pero sin éxito. "Al ponerme los calcetines, no podía, mis manos no iban bien. No tenía fuerza". Subieron al hospital, le realizaron las pruebas y "enseguida me dijeron que parecía un ictus".

Desde entonces, Alberdi ha aprendido a convivir con las secuelas que le dejó la enfermedad, aunque "me costó asimilar y asumir lo que tenía". "La mano izquierda me duele a todas horas" y hay veces "que desaparece. No siento que está ahí". "El pie izquierdo lo tengo mucho más débil, el tobillo me duele y camino con un bastón". Su memoria también se ha visto afectada. "No me acuerdo muchas veces de los que hago, no puedo cocinar porque tengo déficit de concentración. Me tienen que hacer todo".