Oier Castelos: “Debería haber una educación ante la muerte”

Eibar

Año 1.883 se construye la Capilla Mandiola en el actual cementerio municipal de Eibar. 143 años después, el camposanto recoge 183 panteones, 4.775 nichos de cuerpos, 663 nichos de cenizas, 106 propiedades de tierra y 2 osarios. Con motivo de El Día de Todos los Santos, Oier Castelos, responsable del camposanto de Eibar se ha pasado por nuestros micrófonos para contarnos acerca de la muerte y romper con los estigmas que aún contiene “la gran desconocida”.

“Una vez que se nos da el don de nacer, ya sabemos que tenemos un tiempo asignado y en ese tiempo deberíamos tener un mínimo conocimiento sobre la muerte”, señala Castelos. Para el responsable, a pesar de que este trabajo no dignifique, considera que esta labor es un fin social y que su tarea, además de otras muchas, es educar y divulgar sobre la muerte.

Castelos comenzó a trabajar en 2.013 y aún recuerda el primer día que pisó el cementerio como trabajador del camposanto. Para el responsable, diez años después, confiesa que la sociedad no está preparada ante la muerte y por esa razón es necesaria una educación. “Nos tienen que ayudar a pasarla, a tragarla, a enfrentarnos a ella y saber que está ahí, que nos va a tocar de una manera o de otra”, insiste.

La costumbre de acudir al camposanto

El Día de Todos los Santos es una efeméride que recoge una gran afluencia de visitas a los que se encuentran en los camposantos y Castelos menciona que las visitas diarias o semanales son “muy pocas” las personas que las realizan. “La mayoría de la gente viene dos o tres veces a visitar a los difuntos: los aniversarios, la Navidad o este día son algunas de las fechas que más los atraen”, apunta Oier.