"No se puede procrastinar a la hora de invertir en educación"
El exdirector del gabinete de Isabel Celaá, experto en educación, Ricardo Arana valora los resultados de Euskadi en el informe PISA como "una situación difícil que se prolonga en los años"
Bilbao
La Educación vasca ha sacado el peor resultado de su historia en PISA. Así de demoledor es el retrato que ofrece de nuestro alumnado el informe de evaluación de la OCDE, que evalúa la educación en 80 países. Solo en matemáticas superamos la media de España y Europa, pero somos la novena comunidad de las 17 españolas. Hace cuatro años éramos la tercera. En ciencias y comprensión lectora estamos por debajo de la media. Decimosegundos en ciencias y decimocuartos en comprensión lectora.
Pero, la reacción del consejero de Educación, Jokin Bildarratz, ha sido relativizar el informe, enmarcarlo en un empeoramiento global de los resultados y achacarlos a la pandemia. "Este informe permite conocer si tus estudiantes están en clave de avance o de retroceso. Con estos resultados, Euskadi está en retroceso y no es por la pandemia", ha respondido el experto en educación, Ricardo Arana.
Para él, pese a superar la media en matemáticas, la situación es mala en los tres campos. "No hay que olvidar que Euskadi era uno de los lugares donde la comprensión matemática estaba la mejor desarrollada. Nunca se había dado un retraso así", analizaba. Aseguraba que el apartado de ciencias el bajón ya era notorio y fue comentado en 2015, pero no ha habido cambios, y el retroceso en la lectura supone un bloqueo en su opinión, porque "vivimos en una cultura literaria que para avanzar necesitamos la lectura".
El motivo de este estancamiento, según Aranda, es que se trata la educación como una enseñanza única donde todos los estudiantes son iguales y se pretende dar una única solución a problemas complejos. "Tenemos poco alumnado en niveles de ciencia avanzados y muchos en el punto de partida y no buscan solución. El alumnado no es el mismo en todos los lugares, tienen necesidades distintas". El experto en educación considera que es un error trabajar solo en un idioma, pero que estos cambios no tienen que llegar de los centros para mejorar, deben venir de la comunidad educativa. "Exigen más, pero ayudan menos a los colegios. No podemos procrastinar en la política educativa".