Aitor Zabaleta, beti gogoan 25 urte

San Sebastián

La afición de la Real Sociedad demostró que la memoria de Aitor Zabaleta está más viva que nunca en el 25º aniversario de su asesinato a manos de unos ultras del Atlético de Madrid en los aledaños del Vicente Calderón. Lo ha dejado patente en los diferentes actos que se organizaron en su memoria con motivo del partido que se jugó contra el Real Betis en el Reale Arena. Su recuerdo fue muy emotivo y sentido en una fecha muy señalada para todo aficionado de la Real Sociedad.

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Todo empezó con un acto organizado por la ‘Bultzada Txuri-Urdina’ en los aledaños del estadio, junto a la puerta 14, donde está colocado el monolito en recuerdo de Aitor Zabaleta. Ahí colocaron una pequeña tarima con la imagen icónica del gorro del seguidor realista, a la que rodeó una gran cantidad de aficionados del club. Dos integrantes de la Peña Izar, la que acompañó a Aitor Zabaleta el fatídico día de su asesinato, han leído varios discursos dirigiéndose al propio, después de que una txalaparta abriera el acto.

Después, subieron los familiares de Aitor Zabaleta, con su madre a la cabeza, y el presidente de la Real Sociedad, Jokin Aperribay, les entregó un ramo de flores. Varios integrantes de la ‘Bultzada’ también le dieron un pequeño obsequio. Además, la sobrina más pequeña de Aitor bailó un aurresku (baile Vasco) en su honor. Y la madre del homenajeado, que nunca ha querido hablar públicamente, se atrevió a ponerse delante de un micrófono y dar las gracias a los seguidores realistas por mantener viva la memoria de su hijo. También el cantautor vasco Fermín Muguruza salió a interpretar un bertso.

Luego, el homenaje se trasladó al terreno de juego. Primero con un tifo enorme con su imagen que se desplegó en la grada que se lleva su nombre, y con un mosaico en el resto de gradas que ponían: “Beti Gogoan, 25 Urte”. Aunque el detalle más bonito fue cuando los jugadores de la Real y del Betis se pararon con el partido recién comenzado para que se aplaudiera a Aitor Zabaleta en el momento en el que se guardaba el tifo en su honor.

El homenaje se cerró tras el encuentro con todo el Reale Arena en la penumbra, con la cantante de Mallavia afincada en Donostia, Izaro Andres, que interpretó de manera deliciosa una versión del ‘Txoriak Txori’ de Mikel Laboa, y con la madre y las sobrinas de Aitor Zabaleta saliendo al centro del terreno de juego para recibir dos regalos de manos de Agustín Aranzabal, capitán de la Real aquella noche de infausto recuerdo; y Mikel Oyarzabal, actual capitán de la Real Sociedad. Les entregaron una camiseta con el 25 a la espalda y el nombre de Aitor. Así se cerró el homenaje que nadie nunca quiso hacer, porque significaría que nada había pasado con Aitor Zabaleta. Emoción a flor de piel en un jornada inolvidable.