"El presidente del Lointek Gernika nos llamó acusándonos de coaccionar a las jugadoras"
El movimiento feminista relata cómo ha tratado desde junio que el club apartara de su estructura a Mario López, investigado por acoso sexual a una menor
Arlette, de Gernika Lumoko Sare Feminista"
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"No damos crédito de que a mediados de diciembre sigan diciendo (el Lointek) que se acaban de enterar. Ya no es que tengamos opiniones diferentes, podemos estar de acuerdo en si se le debe apartar (a Mario López) o no. Pero desde luego, decir que se acaban de enterar es mentirnos a la cara. Está siendo terrible", se muestra indignada Arlette Apraiz, portavoz del movimiento feminista.
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En el día después de que 'El País' hiciera pública la denuncia por acoso sexual denunciada por una menor de edad contra el ex seleccionador nacional, Mario López, el colectivo feminista del municipio bizkaino critica la actitud del club que, reiteran, ha sido conocedor de las graves acusaciones, que ahora investiga el juzgado, desde junio.
"La denuncia nos llegó el 28 de junio, y lo tuvimos claro, nosotras creímos a la víctima desde el primer instante. Dar credibilidad al testimonio es fundamental para hacer aflorar una realidad oculta", cuenta Apraiz. Durante todo el verano se sucedieron los contactos con el Lointek con el objetivo de "apartar" a Mario López, que entonces era responsable del Campus infantil, y evitar que éste siguiera ocupando cargos de prestigio "porque eso dificulta el proceso de recuperación de la víctima". Según su relato, todo ha sido en vano. "Nos sentimos engañadas".
"Nos enteremos por los medios que en septiembre se le mantenía como entrenador. Cuando preguntamos nos aseguraron que lo habían valorado con sponsors, jugadoras y el resto del equipo técnico y nadie veía problema". Aquello les chirrió, cuenta Apraiz. Trataron de ponerse en contacto con las jugadoras para contrastarlo y "al día siguiente nos llamó el presidente para echarnos la bronca y acusarnos de que estábamos coaccionando a las jugadoras".
En el día en el que Gernika se va a echar a la calle para arropar a la víctima, el colectivo feminista pone de manifesto que este tipo de casos no hacen sino más que ilustrar las dificultades a las que se enfrentan las víctimas de abusos sexuales que se atreven a denunciar. "La tónica general, que muestran todos los estudios sobre violencia infantil, es que las denuncian llegan mucho más tarde, una cría no tiene recursos para contar". En el caso de Gernika la denuncia se ha registrado dos décadas después.
Apraiz desconfía del proceso judicial abierto, algo que dejan en manos de la víctima como parte de su proceso de reparación. "Desgracidamente contamos con un sistema judicial totalmente patriarcal que ni cuida ni repara a las víctimas, en el que la falta de pruebas hace que los agresores queden impunes". A pesar de que no tienen constancia de más casos, Apraiz reconoce que "desde el primer día que sabemos esto es una alarma que se nos ha encendido a todas", pero -admite- "a día de hoy no tenemos nada".
El colegio Allende Salazar, al lado de la víctima
El director del centro escolar, Aritz Zearra, condena sin paliativos "cualquier tipo de violencia" y muestra su apoyo a la víctima. "Como escuela aportaremos cualquier cosa que nos pidan, pero se nos hace muy difícil responder a muchas cuestiones porque ocurrió hace veinte años", explica. En todo caso, llaman a toda la comunidad educativa a participar en la concentración convocada en Gernika "para dejar claro que trabajamos a diario en la prevención de la violencia".