El proyecto pionero de Urkide para limitar el uso del móvil dispara el interés de los colegios de Euskadi
En Álava hay 15 centros en lista de espera para implantarlo y también hay colegios Bizkaia interesados en el modelo
Vitoria-Gasteiz
El uso de los móviles y las pantallas de manera generalizada en los colegios e ikastolas se está convirtiendo en un problema. "El uso indiscriminado de los móviles muchas veces genera problemas de insomnio, ansiedad e insatisfacción en el alumnado, además de una distorsión de la realidad, ya que algoritmo de las redes sociales únicamente les muestra lo que quieren ver, leer y escuchar, perdiendo muchos matices que existen alrededor", apunta Marga Ajuria, profesora de Lengua y Literatura del colegio vitoriano Urkide, donde han puesto en marcha un proyecto para limitar el uso de móviles en el centro. "Ha habido casos de trastornos en la alimentación alimentación, casos en los que hemos activado el protocolo de suicidio, bullying... muchos de ellos vinculados a las exposición de las redes sociales, donde únicamente se muestra una imagen idílica muy lejos de real, que lleva a generar malas sensaciones en el alumnado" ha indicado Aitor Pérez de San Román, director del centro. A esto se suma que los niños y niñas accedan a contenidos que no son adecuados para su edad, como material pornográfico. "Favorece una mujer de sumisión y violencia que parece que la mujer acepta; entender eso como normal es una distorsión absoluta", señana Ajuria.
Protocolo de desconexión
Preocupados por la situación, desde el colegio Urkide, y de la mano de las familias, el grupo de valores, el equipo directivo y el alumnado pusieron en marcha el proyecto Reset, que engloba la iniciativa 'Móvil Free Gunea', para intentar limitar el uso de los teléfonos en las aulas y "poner el foco sobre las personas, y poder convivir con más atención y tranquilidad". El proyecto contempla, primero, un protocolo de desconexión orientado no sólo al alumnado, sino también a las familias, a las que se les pide que no utilicen los móviles dentro del recinto escolar, y el profesorado, al que se le dan una serie de directrices para no usar los dispositivos en presencia de los alumnos, a la vez que marcar unas serie de normas para no hacer llamadas o enviar whatsApps y correos electrónicos fuera de horas de trabajo.
Éxito entre las familias
En una segunda fase del proyecto se ha realizado una campaña de sensibilización de la mano de la psicóloga especializada Miren Ross y, finalmente, se ha ofrecido a padres y madres firmar un contrato que implica limitar el uso de los dispositivos. Se trata de contratos diferentes por edades, Infantil, Primaria y ESO-Bachillerato. En el caso de Infantil las familias se comprometen a no utilizar, en exceso, las pantallas delante de los y las pequeñas. Mientras, en Primaria el objetivo pasa por entregar el móvil no ha a los chicos y chicas antes de los 15 años, y "este contrato lo han firmado ya el 78% de las familias de quinto y sexto, por lo que estamos muy contentos e ilusionados, ya que se trata de dar un paso adelante muy importante en el proyecto", ha explicado Marga Ajuria. Por último, para el alumnado de ESO-Bachillerato el compromiso pasa mantener un cierto control del contenido que se consume en él, por parte de las familias.
La iniciativa, que recientemente ha sido premiado por parte de la Diputación Foral de Álava dentro de los premios FISA de Innovación Social, ha suscitado el interés de diversos centros y va ha recibir el apoyo de Vital Fundazioa para extenderse por Álava. "En Álava tenemos 15 centros en lista de espera y 5 que ya han confirmado la formación y sensibilización y, desde Bizkaia hay centros que también están interesados y estamos viendo cómo lo hacemos".