Magie Álvarez, la mochilera "mágica" que Al Qaeda mató en Yemen

Vitoria-Gasteiz

En el capítulo 56 de 'La ventana de la memoria' recordamos a una de las ocho turistas españolas que fallecieron en el atentado suicida perpetrado por Al Qaeda en Yemen el 2 de julio de 2007: la zarauztarra Magie Álvarez.

Magie tenía 24 años, había estudiado auxiliar de enfermería, aunque lo que realmente le gustaba era viajar, nos cuenta su madre Blanca Calleja. La describe como "una niña muy alegre, inquieta, muy movida, con chispa y tan espontánea que podía parecer maleducada". Pero Magie, sobre todo, era "la mochilera de casa. Le gustaba mucho viajar, conocer lugares y gente".

Precisamente su afición por los viajes le llevó a Yemen, en julio de 2007, junto a otro de los fallecidos, Mikel Essery, guía en la agencia Banoa, con quien iba a conocer el país y el trabajo de guía para acompañar ella a otros viajeros en el futuro. "Era su primer viaje como guía", relata su madre. "Antes era mochilera, mochilera a secas. A todo el mundo con la mochila", rememora y cuenta orgullosa que conocía todos los continentes, salvo África. A Magie le gustaba viajar sola y conocer a gente viajera como ella. "Tenía amigos por todo el mundo", lo que ella mismo pudo comprobar cuando, tras su muerte, recibió mensajes de condolencia desde Japón o Estados Unidos.

"Celebré que estaba viva"

El 2 de julio de 2007, el día del atentado, Blanca estaba en casa tras terminar el trabajo y "oímos que había habido un atentado en Yemen. Vino mi hija mayor y ella se encargó del teléfono. Nos llamaron de Banoa y luego del Gobierno para decirnos que había habido un atentado, pero que creían que Magie no había muerto, que nos avisarían. Luego, nos llamaron, nos dijeron que se había salvado y lo celebramos. Abrí una botella de champán y cuando me acosté tenía remordimientos por tener esa alegría cuando habían muerto tantos compañeros de mi hija. Me dormí y debieron llamar de nuevo sobre la una de madrugada para decirnos que Magie estaba entre los fallecidos. Mi hija no me despertó y a la mañana siguiente me lo dijo", recuerda, antes de repetir que "yo primero celebré que mi hija estaba viva".

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Para Calleja lo peor de esos momentos fue "la angustia terrible de no saber si estaba viva, muerta o herida". "Quieres tener esperanza, pero tienes miedo", explica y empatiza con aquellos que no saben qué les ha pasado a sus seres queridos. Después, continúa, "no te lo puedes creer. Yo todavía me la imagino de viaje. Me ayuda a que sea más llevadero. La sigo viendo con sus 24 horas, como Marilyn Monroe, eternamente joven".

Blanca agradece las muestras de cariño recibidas. "Nos sentimos muy arropadas", recuerda. La entonces directora de Víctimas del terrorismo del Gobierno vasco, Maixabel Lasa, les llamó para contarles sus derechos y se hizo cargo de los trámites para que cobraran una indemnización.

Por último, dice no sentirse víctima del terrorismo ("la víctima era mi hija") ni se siente, por tanto, víctima de segunda en comparación con las de ETA. "Yo tengo una hija de primera categoría y en mi recuerdo está así, muy viva", sentencia. Termina con una anécdota sobre el nombre de su hija. "Yo estaba en el hospital y cuando su padre fue a ponerle el nombre, él que era uruguayo, no sabía como se escribía en euskera Maddie. Así que la funcionaria del juzgado le llamó Magie", cuenta. "Mi hija se llama Magia y era mágica".

'Las víctimas de la yihad'

Magie Álvarez es sólo una de las 300 personas a las que el terror yihadista ha arrebatado la vida o en España o siendo españoles en el extranjero. Las periodistas Ana Aizpiri y Chelo Aparicio rescatan las historias personales de esas víctimas en el libro 'Las víctimas de la yihad', por encargo del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo con motivo del vigésimo aniversario de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid.

Las dos autoras remarcan que se trata de un libro "de memoria". "Es un homenaje con respeto y cariño a estas víctimas, que quizás estaban mas olvidadas, al ser mas anónimas", explica Aparicio, que recuerda como algunos autores han hablado del olvido como la segunda muerte para las víctimas. Aizpiri añade que las víctimas de la yihad "solo son anónimas para los terroristas, pero para sus allegados y familiares son personas de carne y hueso. Por eso, vamos a la contra y queremos que la sociedad sea consciente de que esas personas tenían una vida, ilusiones, un proyecto...y que esa memoria de sus allegados pase a ser parte de una memoria social". Las autores han recuperado esas vidas a través de lo que en su día dijeron sus allegados y familiares en plataformas, medios de comunicación...

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Como cierre de 'La ventana de la memoria', Luis de la Corte, investigador y experto en temas de terrorismo, define qué es terrorismo yihadista, en una de las entradas del glosario audiovisual de las víctimas del terrorismo del Centro Memorial y la Fundación Fernando Buesa.

PODCAST | La ventana de la memoria

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