"En Euskadi es poco habitual ver poliuretano en fachadas ventiladas"
Itziar de la Puerta, miembro de la junta del Colegio de Arquitectos Vasco Navarro, afirma que la fachada ventilada es una solución muy buena pero "con los materiales adecuados"
¿Puede ocurrir en las edificaciones de Bizkaia lo que ha ocurrido en Valencia?
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Menos de 24 horas después del incendio de Valencia, las miradas apuntan a la fachada ventilada de poliuretano como causa principal de la rápida expansión del fuego, que se originó en una de las 138 viviendas del edificio. Itziar de la Puerta, miembro de la junta del Colegio de Arquitectos Vasco Navarro, ha afirmado en el Hoy por Hoy Bilbao Bizkaia que "la cámara existente entre la fachada y el edificio pudo hacer de chimenea, haciendo subir al calor y expandiendo el fuego hasta las cotas más altas del edificio". Hacia abajo habría podido expandirse por el derretimiento del material. Esto podría deberse a la falta de sectorización tras las placas, según ella, cuyo objetivo hoy en día es evitar la propagación de un posible fuego. Es una teoría que avala Javier Larrea, exjefe de Bomberos de Bilbao y presidente del Observatorio de Prevención de Riesgos y Accidentes y también presente en el programa. Sin embargo, De la Puerta considera que la fachada ventilada es una muy buena solución, siempre y cuando se haga "con los materiales adecuados".
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Este tipo de fachada, muy utilizada actualmente y que consiste en la instalación de placas aislantes que no van pegadas a la fachada de los edificios (de ahí que se llamen 'ventiladas'), está prohibida con poliuretano desde 2006 por el Código Técnico de la Edificación, cuando fue reconocido como un combustible, lejos de ser ignífugo. Aun así, las normativas de prevención de incendios no se aplican con retroactividad, por lo que existen este tipo de fachadas previas a la modificación del Código y, aunque, según Itziar de la Puerta, "en Euskadi es poco habitual ver poliuretano en fachadas ventiladas", sí es un material con un uso bastante extendido en ubicaciones puntuales durante la construcción, ha explicado en el programa. "Es un buen aislante y es muy impermeable", señala, "también se usa como aislante bajo las tejas o entre las ventanas y la pared", pero cuenta también que siempre que se utiliza está protegido por materiales no inflamables como ladrillos.
Bilbao es más exigente
Javier Larrea apunta, además, a que los ayuntamientos pueden hacer más. El Documento Básico de Seguridad en caso de Incendio, DBSI, establece las características mínimas que un edificio debe cumplir, pero "esto no significa que ya estés seguro", dice, "los ayuntamientos pueden hacer más con las Ordenanzas Municipales de Prevención de Incendios". Es el caso de Bilbao, ayuntamiento cuyas exigencias de prevención de incendios son mayores que las del documento nacional. En el caso de las sectorizaciones, el cierre de espacios dentro de una fachada ventilada que previene que el fuego se propague con facilidad a través de la misma, Bilbao exige también sectorizaciones en las medianeras que separen edificios colindantes. Añade De la Puerta que lo habitual es que, a día de hoy, las fachadas ventiladas se instalen con "materiales como lana de roca, material de procedencia pétrea en su totalidad y completamente ignífugo, u otros polímeros que aguantan mucho mejor el fuego".
Es difícil cuantificar cuántos edificios tienen instalado poliuretano, "habría que ir caso a caso analizando los materiales utilizados", dice la arquitecta, puesto que el poliuretano es un material permitido para otros muchos usos. De cara a las ITE, las Inspecciones Técnicas de Edificios, no se cataloga un edificio según si utiliza poliuretano, al igual que tampoco si está construido con ladrillos, piedra, madera... Tan solo se llama la atención a un propietario o comunidad en el caso de que, por ejemplo, una placa de la fachada -que casualmente fuera de poliuretano- se fuera a desprender y caer a la calle. En todo caso, el apunte señalaría a la reparación de la placa, no la sustitución de la misma ni de la fachada por otro material.
Prevención
"Por mucho que hubiera habido 10.000 bomberos, no habrían podido apagar el fuego", lamenta Larrea, refiriéndose a la voracidad del fuego en el edificio valenciano. Pero reclama que no se trata de aumentar las plantillas de bomberos y que hubieran llegado cinco, diez o quince minutos después del aviso: "tendrían que haber llegado el día anterior, de nada serviría un cuerpo con más de 500 bomberos dedicados a la extinción y solo dos personas en un gabinete de prevención". Según él, el foco debe estar puesto en la prevención, en evitar una desgracia para evitar tener que curarla. Y en esto, son los ayuntamientos y diputaciones, dice, quienes se tienen que replantear dónde se esta poniendo el foco.