Jesus Mari Ziluaga, alcalde de Ibarrangelu: "El 90% de la oferta en nuestro pueblo está destinada a alojamiento vacacional"

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La estadística oficial de apartamentos turísticos recoge en Bizkaia 2.545, un 23% más que un año antes según el INE. Es una visión parcial porque hay muchos que escapan de esa cómputo. Una de las vías para frenar el auge de un fenómeno que altera sustancialmente el día a día y la gestión de los municipios es la inspección. El año pasado el Gobierno vasco abrió 154 expedientes sancionadores. Bilbao absorvió 93, seguido de Getxo con 19 y Bermeo con 18.

En 'Hoy por Hoy Bilbao Bizkaia' hemos analizado esta casuística desde la perspectiva de las localidades más pequeñas. El alcalde de Ibarrangelua, Jesus Mari Ziluaga, admite su preocupación ante una situación "alarmante" que provoca graves desequilibrios: "el 90% de las ofertas del pueblo están destinadas a apartamento vacacional", es más rentable para los propietarios y deja casi nulas opciones a quienes quieren vivir en Ibarrangelua todo el año. "Hasta ahora ha habido barra libre y eso ha generado un agravio con otros negocios, como las casas rurales", se queja Ziluaga. Ha explicado que los ayuntamientos de la comarca de Urdaibai están en conversaciones con Gobierno vasco y Eudel para pedir medidas, "porque necesitamos direccionar la comarca con pueblos dinámicos".

Cerca, en Gautegiz Arteaga, el primer edil, Patrik Saitua, dibuja un panorama similar. Reconoce que es un negocio lícito que provoca ciertas "tensiones" en la convivencia, pero sobre todo influye en la oferta de vivienda. Saitua admite las dificultades que tiene un consistorio como el suyo para ponerle coto. "Estamos mirándolo con asesores jurídicos para ver cómo podemos recogerlo en el PGOU, pero realmente no sabemos todavía cómo hacerlo", lamenta.

Grupo de trabajo técnico

No son los únicos a los que les ocurre, por eso, Eudel va a crear "proximamente" un grupo de trabajo técnico "a fin de elaborar unas bases comunes y orientaciones generales para la regulación municipal de viviendas y habitaciones particulares de uso turístico", explican fuentes de la asociación en Radio Bilbao. En Bakio, la aprobación inicial del PGOU contempla la limitación de una vivienda turística por portal y solo las autoriza en primeras plantas o bajos. Amets Jauregizar, la alcaldesa, lo tiene claro: "la vivienda habitual tiene que seguir desarrollándose y el alojamiento turístico no debe competir con un derecho fundamental como ese". En esta localidad costera seis de cada diez viviendas eran segunda residencia antes de la pandemia, "ahora estamos consiguiendo atraerles para que se queden a vivir". Ése es el reto, porque los residentes temporales dificultan, insiste, la gestión del propio pueblo y de la comunidad de vecinos. Aunque se está intentando, protesta, "sigue pasando que en verano se expulsa a los inquilinos para pedir 4.000 euros al mes en julio y agosto".

Casco Viejo de Bilbao

En el Casco Viejo de Bilbao, la asociación de vecinos Bihotzean reclama más inspecciones ante la nueva picaresca. Con la oferta de pisos acotada, "ahora se camufla el alquiler completo del piso con la oferta de habitaciones sueltas", denuncia Mikel Arrieta. Piden al Ayuntamiento un estudio exhaustivo del barrio e inspecciones reales "porque hay muchas trampas". Además, tienen en marcha una campaña informativa a las comunidades para que no les ocurra lo que le pasó a Fernando. Tras vender el primer piso, los propietarios obtuvieron la licencia para habilitar una vivienda turística, "hemos intentado revertirlo, lo hemos consultado con abogados, pero ha quedado meridianamente claro que está para siempre". La asociación recomienda modificar los estatutos para impedir de antemano este negocio para lo que hace falta el acuerdo de tres cuartas partes de los propietarios. "Si quieren evitar el gasto de notario, también pueden recoger el acuerdo en el acta de la reunión. A veces simplemente eso puede ser disuasorio", explica Arrieta.