Descubrimos los primeros castillos alaveses

Encaramado en un cerro y con forma de barco. En diálogo con el paisaje. Vigilante. Así es el castillo de Portilla, uno de los que vamos a poder conocer en la nueva ruta que nos proponen, para este 2024, desde el Instituto Alavés de Arqueología. " Se trata de descubrir los castillos de primera generación, los más antiguos", nos cuenta Rafa Varón, del Instituto Alavés de Arqueología. "Se trata de pequeñas fortificaciones pero que hacen control de su paisaje y con entornos espectaculares", apunta. "Sabremos cómo se construyen, se administran y como ejercen ese control", añade. Varón, en todo caso, advierte de que "no podemos imaginarnos el alcázar de Segovia ni el castillo de Disney y, sin embargo, los castillos alaveses tienen mucho encanto"

La propuesta pasa por conocer 6 castillos, 4 de ellos alaveses, y dos más muy cercanos. Se trata de la fortaleza de Tejada, el castillo de Markinez, el castillo de Zaitegi, el Castillo de biblio- en Haro-, el de Arganzón y el de Portilla. Cierra la visita el que es uno de los más emblemático de los castillos del territorio, de hecho, se apunta a que es el que aparece en el escudo del territorio. El castillo de Portilla es un conjunto monumental del siglo XI, en el que se encuentran vestigios de un castillo, de una iglesia y sus enterramientos y de las casas de las gentes más humildes que vivieron hace 1000 años.

El castillo con forma de barco

"Portilla responde a lo que era una ciudad creada a ex novo en el siglo XI y está estructurada en tres grandes espacios a alturas diferentes: en lo alto de la peña está el castillo que representa el poder real; debajo, pero en un plano superior se encuentra la iglesia que representa al poder religioso y el cementerio- donde creemos que se reunía el poder civil, el concejo y, el tercer ámbito- más abajo, es el ámbito habitacional, donde vivía la gente", nos cuenta el miembro del Grupo de Patrimonio Construido de la UPV- EHU, José Luis Solaun. El lugar, abandonado hasta hace unos años, ha sido protegidos y está siendo puesto en valor, tras el impulso de los vecinos de la zona, de la mano de la universidad y de las instituciones. El espacio puede visitarse de manera libre, aunque, la posibilidad de hacerlo de la mano de quien se ha encargado estos años de su puesta en valor es, precisamente, uno de los atractivos de esta propuesta. Desde el Instituto Alavés de Arqueología destacan que las visitas tienen de guías a "seis profesionales relacionados con los castillos y que tienen unas dotas espectaculares de comunicación espectaculares", señala Varón.

Las visitas se pueden reservar a través de la web de Instituto Alavés de Arqueología y tiene un coste de 5 euros para los no asociados y es gratuito para niños y niñas.

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