La regeneración democrática, un reto que comienza por uno mismo

Bilbao

Hacía falta poner el debate sobre la mesa, creen nuestros interlocutores, una regeneración democrática que responde a varios factores, entre ellos la falta de confianza en nuestros representantes políticos, la pérdida de participación ciudadana o la falta de ética a la que estamos asistiendo en la propia democracia. Todo un reto, sin duda, que debe comenzar por uno mismo, por hacer autocrítica sobre la gestión propia, coincidían, empezando por el propio presidente del Gobierno.

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Para Daniel Inerarity, lo esencial es empezar por el autocontrol, "porque eso da credibilidad a todo lo que vayas a hacer después y desmonta la idea de que lo que quieres es controlar a los demás", explicaba. Medidas de autocontrol que deben ser además universales, explicaba. "Que esto valga para todos, que con esto se establezcan procedimientos en virtud de los cuales yo no puedo nombrar a cualquiera para cualquier puesto pero tú tampoco lo vas a poder hacer".

Coincidía en la importancia de empezar por la autocrítica, tanto ciudadana como de partidos e instituciones, la escritora Luisa Etxenike. "Estoy de acuerdo en que cualquier regeneración pasa primero por uno mismo" y por eso considera que para hacer frente al actual clima político, de confrontación permanente, "la idea de un pacto de buenas prácticas sería algo a exigir, pero como un mantra, habría que repetirlo incesantemente".

Garbiñe Biurrun, por su parte, no ha dudado en pedir la constitución de un "Observatorio Ciudadano de la Democracia", un foro decía, "que permita que vayamos monitorizando nuestro sistema democrático permanentemente y no quede al albur de una epifanía de cualquiera". Para la jueza, hace falta impulsar la participación ciudadana en el debate político y eso se fomenta desde las instituciones. "Se puede regular e impulsar para muchísimos supuestos, hay mecanismos muy interesantes que se pueden llevar a cabo, y me parece primordial".

Y para Juanjo Álvarez, lo esencial, lo que hace falta ahora mismo es "una regeneración ética de la política". Cree el catedrático de Derecho Internacional de la UPV que si el gobierno de Pedro Sánchez tuviera un código ético "como el que tenemos en Euskadi, o aquí en Gipuzkoa los altos cargos de la Diputación, no habría habido problemas", porque la forma de medir la conducta de un político "no puede ser el Código Penal", concluía.

Diálogos sobre regeneración democrática en los que se ha puesto el foco también en la necesidad de hacer una reflexión sobre el papel de los medios de comunicación o el poder judicial, haciendo hincapié en la separación de poderes como herramienta para recuperar la confianza ciudadana en las instituciones.