El Consejo Vasco de farmacéuticos prepara un sistema para rebajar el uso de medicamentos

El consumo de antisicóticos, antidepresivos o sendantes, se ha desbordado en los últimos años, sobre todo tras la pandemia. "Estamos desbodados", apunta  Milagros López de Ocáriz, presidenta del Colegio Oficial de Farmaceúticos de Álava. "Ahora mismo estamos en un consumo de psicotrópicos de 92 dosis por mil habitantes cuando deberíamos estar en 40", señala López de Ocáriz que considera imprescindible hacer una reflexión "no sólo en el ámbito" sanitario, para hacer un consumo más adecuado y moderado de medicamentos. En este sentido, el Consejo Vasco de farmacéuticos preparan un sistema para rebajar el uso de medicamentos. "Estamos elaborando un sistema de deprescripción, para si disminuyendo el consumo", señala. "Sin entrar como elefante en una cacharrería, desde el mostrador de la farmacia- junto con el resto de responsables sanitarios- tenemos que compartir ese mensaje de ir bajando", añade. "La gente no es conciente de que tiene un problema de adicción; son pocos los casos de gente que se reconoce en el problema", señala.

Malestares de vida

Edorta Elizagarate, jefe del servicio de Psiquiatría de la Red de Salud Mental de Álava, habla de una psicopalologización de la vida cotidiana, es decir, de medicalizar problemas y afecciones "cotidianas" de la vida. "Hay afecciones clínicas que no son enfermedades mentales; hay códigos del malestar de la vida cotidiana que están utilizando recursos sanitarios y medicamentos que estás quitando recursos a las personas que realmente las necesitan", señala. Y apunta a que "la gente no duerme bien o se muere un familiar y va al médico, cuando las cosas no se superan en el plazo en que el medicamento hace efecto, hay que buscar otra solución".

Elizagarate, de hecho, va un paso más allá y apunta a que el tratamiento de "malestares de la vida" con medicamentos y medidas sanitarias, no tiene un fundamento científico. "Estos medicamentos no son eficientes; se trata de no psiquiatrizar lo que no es psiquiatrizable", añade y apunta a que "hay que darle capacidad de afrontar los problemas personales a la gente con estrategias de afrontamiento: recursos espirituales, sindicales o de red personal".

El 'no tratamiento'

En este sentido, el responsable de la Red de Salud Mental de Álava, apunta a que "el estrés o problemas de pareja requieren atención pero no son enfermedades mentales". Elizagarate indica que "el no tratamiento" como "alternativa o técnica específica". "Se trata de hacer una buena entrevista de cribaje para elaborar un buen diagnóstico; hay que normalizar el malestar del paciente", señala. Mila Manzanal considera que "deberíamos trabajar con programas conjuntos con todos los profesionales en el mismo camino para educar al paciente y darle otros instrumentos que le sirvan para paliar el problema porque el medicamento le va a hacer sentirse bien pero a la larga el problema no desaparece".

"La salud y el bienestar no son lo mismo, el bienestar no es un derecho y tiene un componente también personal de cada persona", apunta Elizagarate. Coincide Manzanal que cree que "la felicidad y bienestar no está garantizados para afrontar las adversidades de la vida".

Elizagarate apunta a una necesaria revisión del uso y abuso de los medicamentos y alerta de que "si no se hace va a haber una situación muy problemática". En ese sentido apunta a que hay que primar "necesidades a demandas". Manzanal, por su parte, cree que " se preescribe y sobreprescribe y se puede dar el caso de que la persona termine en psiquiatría; casos de iatrogenia". Es decir, de una alteración negativa del paciente producida por un médico.