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Nico Williams, Simón y Vivian buscan repetir la gesta de España ante la Alemania de Hitler

La selección española solo ha ganado una vez a Alemania en territorio germano. Fue en 1935, frente al III Reich y con varios jugadores del Athletic sobre el césped, el hijo de José Iraragorri nos cuenta su historia

La historia de la única victoria de España frente a Alemania en territorio germano

Bilbao

En la antesala del crucial duelo entre Alemania y España en los cuartos de final de la Eurocopa, recordamos un momento inolvidable en la historia del fútbol español: la única victoria de la selección sobre Alemania en suelo germano. El 12 de mayo de 1935, ambos equipos se enfrentaron por primera vez, protagonizando un encuentro cargado de historia futbolística y política.

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En el Müngersdorfer Stadion de Colonia, entre 70.000 y 80.000 espectadores abarrotaron las tribunas para ver a la Nationalmannschaft enfrentarse a una España que llegaba tras una destacada actuación en el Mundial de 1934.

Iraragorri, junto a los también bizkainos Simón Lecue y Jacinto Quincoces, y a los jugadores del Athletic Guillermo Gorostiza, José Muguerza y Leonardo Cilaurren, formaron parte de esa única selección española que ha ganado a Alemania en territorio alemán en toda su historia. Este viernes, veremos si los rojiblancos Nico Williams, Unai Simón y Dani Vivian les toman el testigo.

Nacionalismo desbordado

El choque entre Alemania y España de 1935 se convirtió en un fenómeno social que captó la atención de toda Europa. Las entradas se agotaron un mes antes del partido, y más de 200.000 personas quedaron sin posibilidad de entrar al estadio. El ambiente en Colonia era festivo y las calles rebosaban de colorido, con banderas alemanas y españolas ondeando por doquier. Un contingente de aproximadamente dos mil aficionados españoles viajó para apoyar a su selección.

Los alemanes recibieron a los españoles con el saludo nazi.

Los alemanes recibieron a los españoles con el saludo nazi.

Todo el estadio estaba decorado con banderas nazis, y entre las autoridades presentes se encontraban Bernhard Rust, ministro de Educación, y el alcalde de Colonia, Günter Riesen. Por parte española, asistió el embajador en Berlín, Francisco Agramonte y Cortijo. Este no era solo un partido de fútbol; se trataba de la Alemania del III Reich contra la España de la II República. La Alemania de Adolf Hitler, que ya encendía alarmas en Europa, contra la España republicana que un año después sufriría el estallido de la Guerra Civil.

Al ingresar la selección española al terreno de juego, los alemanes formaron un pasillo con el brazo derecho en alto, en el saludo nazi. Joseba Iraragorri, hijo del mítico 'Txato de Galdakao', recuerda: "Las fotos de aquel día muestran un ambiente prebélico que impresiona y muchas banderas con la esvástica. Mi padre debía preguntarse qué hacía allí".

El partido

A pesar de estar 'tocado' por una pequeña lesión, el legendario portero barcelonés Ricardo Zamora, conocido como 'El Divino', posó para la fotografía oficial del equipo de España antes de dirigirse al banquillo de los suplentes. Vestido de guardameta y acompañado por el entrenador Moncho Encinas, Zamora se dedicó a tomar notas de los acontecimientos del partido, actuando como un entrenador asistente o, quizás, como un cronista. "El nacionalismo alemán, desbordado, concedía una importancia sensacional a esta lucha", escribió 'La Vanguardia' de Barcelona.

Ricardo Zamora en el banquillo al no poder jugar por unas molestias.

Ricardo Zamora en el banquillo al no poder jugar por unas molestias.

España formó con un esquema 2-3-5, alineando a: Guillermo Eizaguirre en la portería; Zabalo y Quincoces en la defensa; Cilaurren, Muguerza y Simón Lecue en el centro del campo; y un ataque compuesto por Ventolrà, Luis Regueiro, Isidro Lángara, Iraragorri y Gorostiza.

A los 11 minutos, Alemania se adelantó 1-0 con un gol de Edmund Conen, quien más tarde también sería seleccionador alemán. Sin embargo, antes del descanso, España logró darle la vuelta al marcador con dos goles de Isidro Lángara en los minutos 29 y 45, estableciendo el 1-2 definitivo. En la segunda mitad, la Selección dirigida por el dúo García Salazar y Encinas resistió los ataques alemanes y mantuvo la ventaja hasta el final.

Reacciones

La prensa alemana destacó la solidez defensiva y el "notable contraataque" del equipo español, con menciones especiales para Guillermo Eizaguirre, Areso, Lángara y Ventolrà. De este modo, a pesar de las expectativas germanas, España se impuso, causando sorpresa y disgusto entre los altos mandos alemanes presentes. Según Joseba Iraragorri, "Hitler no estaba en el palco, pero su círculo cercano sí y se retiraron antes de que terminara el partido, visiblemente molestos por el resultado".

Las crónicas de la época elogiaron el juego español.

Las crónicas de la época elogiaron el juego español.

Destino de los jugadores

En 1937, los vascos de aquella selección española se unieron a la selección de Euskadi, conocida entonces como Euzkadi, un equipo formado por el Gobierno vasco para apoyar a los niños vascos exiliados. En ella volvieron a coincidir los Regueiro, Gorostiza, Lángara e Iraragorri, entre otros. Este equipo realizó una exitosa gira por varios países europeos, disputando amistosos memorables.

Tras la caída de Bilbao a manos de los franquistas, la selección vasca emprendió una gira por América, visitando países como Cuba, México y Argentina. En México, compitieron en la Liga Mayor de 1938-39 bajo el nombre de Club Deportivo Euzkadi, alcanzando un notable segundo puesto en la clasificación. Con el fin de la Guerra Civil española en 1939 y la derrota republicana, la Selección de Euzkadi se disolvió.

Legado

Durante este tiempo, José Iraragorri, uno de los futbolistas que también hizo temblar a Mussolini en el Mundial de Italia 1934, dejó una huella profunda en la historia del fútbol. Según Joseba Iraragorri, "en una de sus biografías autorizadas se puede leer que Ernesto Guevara Lynch metió el gusanillo a su hijo hablándole de los jugadores vascos, que eran gente noble, unos fenómenos jugando al fútbol, muy leales con su tierra y su ideología. Además, el Che, que era más joven, mamó eso y conoció a mi aita y sus compañeros cuando su padre les acogió". Añade, "se cuenta que cuando mataron al Che en Bolivia encontraron en su zurrón unos cromos de los jugadores vascos y uno de ellos era el de mi padre".