Despedida por ser mujer: "En Metro Bilbao se quería parecer más contundente con hombres"

En marzo de 2022, la empresa de seguridad privada Prosegur Soluciones Integrales de Seguridad S.L., en su delegación de Bizkaia, despidió a una vigilante de seguridad que trabajaba en el metro. Tenía 59 años y la empresa alegó para su despido "bajo rendimiento en su trabajo y falta de atención". Como ella, otras dos trabajadoras más, mujeres, fueron despedidas, cuenta Arturo Salinas, responsable de Seguridad Privada de CC.OO.: "Pudimos darnos cuenta de que otra mujer de 59 años y otra de 54 fueron despedidas con las mismas alegaciones, por lo que pedimos que recuperaran su puesto de trabajo".

La primera estaba afiliada a CC.OO. Euskadi, que trasladó a la empresa su sorpresa e indignación por un despido que consideraron "injustificado". En una reunión solicitaron reconsiderar esta decisión "tan desproporcionada", alegaba el sindicato, pero la demanda no tuvo éxito alguno. Es en ese momento cuando los servicios jurídicos del sindicato se dirigen al Juzgado de lo Social número 1 de Bilbao e interponen una demanda con el objetivo de conseguir un fallo que declarara nulo el despido por vulnerar un derecho fundamental de la trabajadora o, en su caso, improcedente.

Se consigue lo segundo, la improcedencia del despido. Por ello, Comisiones recurre la sentencia al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV). Alega que el juez de lo Social no había tenido en cuenta las pruebas aportadas donde se demostraba que, en un periodo de cuatro meses, otras dos mujeres más, también vigilantes del mismo centro de trabajo en Metro Bilbao, habían sido despedidas igualmente. "Vemos que al haber tres despidos de mujeres en Metro Bilbao, parece que se quería cambiar de imagen o ser más contundente metiendo hombres jóvenes para, desde el punto de vista empresarial, tener una mejor imagen a la hora de salvaguardar la seguridad de los viajeros", cuenta Arturo Salinas. "No tiene que ver que sea mujer u hombre", sentencia.

Despido nulo

En uno de los casos, en el de la mujer de 54 años, la empresa reconoció el despido improcedente y llegó a un acuerdo, por lo que procedió a pagarle la indemnización que le correspondía. Con todo, el Superior revocó la sentencia del Juzgado Social de Bilbao de improcedencia y declaró nulo dicho despido, al considerar que quedaba "probado" que la decisión del despido por Prosegur fue una decisión que encerraba una discriminación por razón de sexo, ya que no se justificaron "la racionabilidad, proporcionalidad y objetividad" de la medida.

El Tribunal Supremo ha rechazado ahora el recurso de casación de la empresa, por lo que el fallo es firme: la empresa ha sido condenada al pago de una indemnización de 15.000 euros, al abono de los salarios de tramitación, derecho de disfrute de sus vacaciones pendientes por el tiempo que estuvo despedida, que la empresa no le quería reconocer, y a la reincorporación en su puesto de trabajo en Metro Bilbao.