'Detrás del pelotón': Jean Robic, cabeza de cuero
Iñigo Markinez y Javi Bodegas nos acercan a lo largo del Tour de Francia 2024 las intrahistorias de los nombres, lugares y momentos que han marcado estos 111 años de 'la Grande Boucle'
'Detrás del pelotón': Jean Robic, cabeza de cuero
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Bilbao
Jean Robic, un nombre que resuena con fuerza en el mundo del ciclismo, es recordado no solo por su impresionante victoria en el Tour de Francia de 1947, sino también por su peculiar personalidad y sus ingeniosas tácticas en la carretera. A pesar de las críticas y burlas que recibió a lo largo de su carrera, Robic demostró ser un verdadero campeón, conquistando corazones y trofeos con igual intensidad.
Jean Robic nació en Bretagne, una región francesa conocida por su fuerte identidad cultural. Sin embargo, debido a que vivía fuera de Bretaña, algunos bretones cuestionaban su autenticidad. Robic, sin embargo, siempre se mostró orgulloso de sus raíces bretonas. Su apodo, "Cabeza de cuero", se debía tanto a su testarudez como a un terrible golpe que había sufrido, lo que le obligaba a usar un casco de cuero, un equipo poco común en su época.
La táctica del bidón de plomo
Una de las historias más curiosas sobre Robic es su uso de un bidón de plomo. Jean, que era de baja estatura, ideó una ingeniosa manera de mejorar su descenso en las etapas montañosas: llenaba un bidón con plomo y lo colocaba en el cuadro de su bicicleta. Este método le ayudaba a bajar más rápido, manteniendo su centro de gravedad bajo y permitiéndole ganar valiosos segundos en las bajadas.
La victoria en el Tour de 1947
La hazaña más destacada de Jean Robic fue su victoria en el Tour de Francia de 1947, el primer Tour después de la Segunda Guerra Mundial. Robic no formaba parte del equipo nacional de Francia, sino del equipo regional. Pocos apostaban por él, pero su determinación y astucia le llevaron a sorprender a todos. En la última etapa, Robic estaba detrás en la clasificación general, pero una escapada audaz le permitió tomar la delantera y ganar el Tour sin haber vestido el maillot amarillo hasta el final.
Uno de los momentos más fascinantes de esta victoria fue su trato con el ciclista italiano Pierre Brambilla. Durante la carrera, Robic ofreció dinero a Brambilla para que no persiguiera su escapada. Al ver que la estrategia funcionaba, incrementó la oferta, asegurando así su ventaja hasta París.
Un final trágico
Jean Robic estaba profundamente enamorado de su esposa, Raimunda. Este amor fue una fuente constante de motivación para él. En los momentos más duros de las etapas, se imaginaba a Raimunda y a su hijo animándolo desde las curvas de la carretera. Esta visualización le daba la fuerza necesaria para superar los desafíos y seguir adelante.
A pesar de sus logros en el ciclismo, la vida de Jean Robic tuvo un final trágico. En sus últimos años, luchó contra problemas de alcoholismo y finalmente murió en un accidente de tráfico. Sin embargo, su legado perdura en la historia del ciclismo y en los corazones de los aficionados que recuerdan su coraje y espíritu indomable.
Jean Robic, a menudo considerado "el más feo del pelotón", demostró que el verdadero valor de un ciclista reside en su corazón y su mente. Su victoria en el Tour de Francia de 1947 y sus ingeniosas tácticas siguen siendo un testimonio de su brillantez y determinación.