La residencia Arabarren acoge encuentros para personas cuidadoras

Quién cuida al que cuida y cómo hacerlo. Es el punto de partida del ciclo sobre cuidados que ha organizado 'Vivir con voz propia' en la residencia Arabarren. "La gente nos contaba en los últimos años que está harta de cursos y de libros y pensamos que hacía falta más espacio de escucha", nos ha contado Patxi del Campo, responsable de 'Vivir con voz propia'. Para ello han organizado una actividad, un espacio de encuentro entre personas cuidadoras, profesionales del sector social, familiares y usuarias de la residencia Arabarren en la que se habla de cuidados, de sus necesidades y preocupaciones entorno a un café.

Este mes de julio han llevado a cabo el primer encuentro. "Fue muy bien porque la gente contó cómo se sentía, por ejemplo, una mujer compartió que se sentía culpable por haber delegado los cuidados a un residencia", nos ha contado Olatz García Sacristán, coordinadora del proyecto Final de vida y soledad. "La idea es detectar las necesidades y completarlas con formación", nos cuenta. "Es más fácil detectar las necesidades en un encuentro así, informal que en un despacho donde la persona pone más barreras", añade.

El de julio no ha sido un encuentro aislado; es el primero de una seria de encuentros que se van a realizar más durante los próximos meses hasta noviembre. "Queremos, a través de la escucha, ver cuáles son las necesidades y los temas y establecer una serie de encuentros para abordarlos", apunta del Campo. "Se trata de trabajar con las emociones, con la compasión o con la autonutrición, detectando, por ejemplo, esos espacios de día que nos ayudan a descargar", apunta del Campo. "Para eso se utilizan técnicas de conversión, escucha, trabajando por parejas o en el grupo grande", añade.

Estos espacios se han habilitado en la residencia Arabarren aunque, para quienes estén interesados, 'Vivir con voz propia' organiza unos encuentros mensuales en los que puede participar todo el mundo. "Hacemos encuentros de unas 10-20 personas que mensualmente comparten un desayuno o merienda, en colaboración con algunos establecimientos de la calle Gorbea, para compartir un rato", nos cuenta García Sacristán. "La clave es no estar solo o no sentirse solo", apunta Patxi decl Campo que, además, invita a los vitorianos y vitorianas a participar en una formación en compasión para "abrir la mente y el corazón", que se va a poner en marcha este otoño.