Derrota y miedo contra el Anderlecht
La Real Sociedad se deja remontar en el Reale Arena por el Anderlecht (1-2) por culpa del último cuarto de hora de la primera parte. Los ultras belgas la liaron en la grada.
San Sebastián
La Real Sociedad cayó derrotada en el Reale Arena contra el Anderlecht por culpa de quince minutos de apagón generalizado que le costaron muy caros. Y es que en Europa no puedes regalar nada, contra ningún rival. Porque los donostiarras hicieron un partido como para haber puntuado o incluso haber ganado, pero en el cuarto de hora final de la primera parte se fueron del partido absolutamente y se dejaron remontar por un Anderlecht que les penalizó en exceso con las pocas ocasiones que tuvo.
La Real echó por tierra su buena primera media hora, representada en el gol de Marín. Y aunque el empate no debió subir al marcador por falta previa a Sadiq, el caso es que ahí empezaron todos sus males. En la segunda parte hizo de todo para poner las tablas, pero faltó claridad en el remate. Derrota encima agravada por un nuevo incidente de radicales del rival en la grada visitante, con momentos de mucha tensión y enorme peligro.
Imanol Alguacil volvió a sorprender repitiendo el esquema de la primera jornada de la Europa League en Niza. De nuevo renovó todo el equipo con respecto a la victoria liguera contra el Valencia. Y otra vez apostó por jugar con defensa de cinco, dando la alternativa a Zubieta, con hasta siete jugadores formados en la cantera de la Real Sociedad. Valentía no se le puede negar al oriotarra, que refrescó por completo el equipo buscando el primer triunfo en esta liguilla de la primera fase.
Le sentaron bien los cambios a los realistas, que empezaron muy bien el partido, presionando con fuerza muy arriba para hacerle dudar al Anderlecht. La tropa de Imanol comenzó muy enchufada el encuentro, robando arriba, ganando duelos y con una buena presión tras pérdida que provocaba acciones de peligro sobre la portería de Cosemans. Fruto de esa agresividad en las disputas llegó el primer gol del partido. Un robo de balón de Sadiq, que después centro al segundo palo para que Pablo Marín, libre de marca, adelantara a los txuri-urdin. El partido no había hecho más que comenzar. La Real estaba cómoda, llegaba con peligro, pero una vez más no era capaz de matar el duelo. Y de repente, en una acción aislada, con una defensa realista poco contundente, Vázquez se plantó solo delante de Remiro y cruzó para que los belgas empataran. El gol no debió subir, no obstante, al marcador, porque en el origen de la jugada había falta clara sobre Sadiq en el círculo central. El 1-1 le hizo mucho daño a los realistas, que en el último cuarto de hora desaparecieron hasta el descanso y lo pagaron muy caro, porque propiciaron que el Anderlecht remontara con un golazo de Leoni después de no haber estado bien en un rechace. Tocaba remontar en la segunda parte, porque quince minutos de apagón les pusieron el partido muy cuesta arriba.
No es casualidad que el apagón generalizado de la Real Sociedad, muy joven de edad, coincidiera con el momento en el que los ultras del Anderlecht provocaron altercados en la grada y tiraron objetivos desde la zona visitante a la grada familiar del Reale Arena. El colegiado rumano Barbu no reaccionó y tuvieron que ser los realistas los que le advirtieron del problema. Eso les descentró absolutamente y lo pagaron muy caro, porque se les fue el choque. Tras el descanso, Imanol introdujo a Kubo y Barrenetxea, y volvió a su sistema habitual 4-3-3. Ese movimiento le vino de maravilla, la Real se reactivó y monopolizó el balón y la ocasiones. Pero el gol se le negó, una veces por falta de remate y otras porque Cosemans estuvo acertado. Con el Paso del tiempo, se le fue acabando la energía hasta permitir al Anderlecht rematar el partido con el 3-1. Remiro lo evitó, pero el empate txuri-urdin tampoco llegó, a pesar de merecerlo. Y es que en Europa regalar quince minutos puede costarte muy caro.
Roberto Ramajo
Entro en el grupo en 2002 como redactor de prácticas....