Ainhoa: "Gracias al proyecto Emeki he dejado la calle y tengo una casa"
Este recurso ofrece manutención, techo, asesoramiento psicológico y laboral a mujeres sin hogar
Ainhoa: "Gracias al proyecto Emeki he dejado la calle y tengo un hogar"
Bilbao
En casa Ainhoa la del viernes es noche de pizza. Hoy, lunes, hay asamblea, como todas las semanas. Laura Pérez, responsable del centro, cree que las cinco mujeres residentes en Emeki le van a pedir que los lunes haya tortilla de patata.
Ainhoa lleva año y medio en este recurso residencial de Cáritas Gipuzkoa. El programa A vivir que son dos días Euskadi ha podido comprobar in situ las oportunidades que Emeki le ofrece. Antes de llegar aquí, dormía en un sofá en una casa. "No tenía nada, porque me habían retirado hasta la RGI", ha contado. Hoy, tiene un trabajo de media jornada y está realizando numerosos cursos para seguir formándose. "Ahora sueño con independizarme. Ojalá sea pronto", apostilla.
Emeki surgió en 1985, aunque en otro formato que fue evolucionando hasta llegar a nuestros días. Está ubicado en un edificio situado en Trintxerpe, Pasaia. En la segunda planta residen las mujeres, en la tercera, 25 hombres.
Atención personalizada
Este recurso cuenta con plazas para mujeres, dos propias y cuatro conveniadas con la Diputación. Las residentes se engloban en tres grandes grupos: personas con enfermedad mental, residentes con consumos de alcohol y drogas en activo, y personas con discapacidad física y psíquica. Les brindan una atención personalizada mediante tutorías formales y la relación diaria en la reducción del daño, con personas cronificadas con un enfoque desde la contención, y con personas con mayor autonomía en la promoción personal. Todo ello gracias a un equipo de profesionales de auxiliares sociosanitarios, trabajadores sociales y educadores.
La estancia media oscila entre el año y medio y los tres años. Es un alojamiento colectivo donde les ofrecen apoyos a personas con carencias psicosociales graves. Se orienta al desarrollo de procesos de inclusión desde una perspectiva integral e individualizada mediante el desarrollo de la autonomía, el impulso de proyectos de vida independiente y, en su caso, la inserción socio-laboral.
Integración comunitaria
Los dos principales problemas con los que se encuentran al salir son los de la vivienda y el empleo. "Yo solo pido una habitación. Una casa es muy complicado", explica Ainhoa. Todo el equipo de Emeki trabaja en la integración comunitaria con jornadas de puertas abiertas y mediante la participación de diferentes iniciativas del barrio.
Entre los requisitos para acceder a este recurso están: contar con prescripción técnica favorable del Servicio Foral respecto de la idoneidad de acceso a este tipo de servicio y la existencia de una situación de exclusión social o, en su caso, asimilada, en los términos regulados en los instrumentos técnicos comunes. En cuanto a las exigencias de acceso, las personas residentes deben aceptar el Plan de Atención Personalizada propuesta, comprometerse con las acciones derivadas, no precisar una asistencia sanitaria especializada y/o permanente fuera del alcance y posibilidades de las dotaciones propias de la red de servicios sociales, y la aceptación del tratamiento que corresponde en caso de padecer una enfermedad intectocontagiosa y/o enfermedad mental.
En Euskadi, Emeki es el único centro de estas características con los que cuenta Cáritas. En Bizkaia, disponen de un centro de día. Cáritas Araba no cuenta con centros residenciales.