Surne Bilbao Basket se carga al Real Madrid

Miribilla se preparaba para un gran día. El arranque de temporada de Surne Bilbao Basket invitaba a ello. Se ganó a Breogán en la primera jornada, y estuvo a punto de hacerlo en la cancha del Murcia en la segunda. Las gradas llenas, cerca de los 10.000 aficionados, ya era un aviso para lo que se iba a vivir. No solo por la ilusión que genera siempre la posibilidad de ganar a un grande, sino porque el equipo está bien.

La primera mitad de los 'hombres de negro' ya fue extraordinaria. Con buenos porcentajes de lanzamientos y con un Kulamae que se echó el equipo a la espalda. No solo con sus puntos (10), también por la energía que le metía al partido. Empezó la segunda mitad con otro triple desde más allá de los siete metros que permitía a los bilbaínos continuar con esa renta siempre superior a los diez puntos. Incluso, se fue a un 51/34 que hacía frotarse los ojos a los aficionados de Miribilla. Pero el Real Madrid espabiló, aprovechó la sequía anotadora de los de Ponsarnau y se metió en el partido. Era de esperar.

Buen final de partido

Sin embargo, Bilbao Basket hizo una cosa bien en este partido. Supo jugar el final del partido. A pesar de que los de Txus Mateo limaron esa diferencia y se pusieron a un punto (79/78) a poco más de un minuto, la calma y los tiros libres colocaron ese increíble 83/79 definitivo. El Real Madrid hincó por fin la rodilla en el Bilbao Arena. Después de unos cuantos años haciendo buenos partidos, cayendo en las últimas jugadas, llegaba este triunfo de prestigio y de calidad. Una victoria coral que permite afirmar que la segunda unidad de este equipo no lo es tanto. "La experiencia del partido de Murcia, que se nos escapó por cosas, hoy las hemos hecho bien. Hemos encontrado más energía y hemos sabido mantenerla. Y clave ha sido tener fe y jugar con carácter", dice el entrenador de Surne, Jaume Ponsarnau, tras el partido.

Triunfo coral

De Rider firmó otro gran encuentro. Sus puntos en el arranque del último cuarto, que devolvieron la renta a su equipo, y al final en los tiros libres, le hizo ser una de las claves del partido. Jones intimidaba bajo el aro y en el otro conseguía 11 puntos también. Dragic metió el triple que tenía que meter. Pantzar y Frey dirigieron al equipo sin altibajos, y sin pérdidas de balón. Hjilason le hizo la vida imposible a Ibaka y consiguió anular a jugadores como Tavares -algo casi imposible- o Llull. Y así fue. Solo Deck, Campazo y Hezonja mantuvieron el pulso para el Real Madrid. Para lograr esto era necesario que todos se implicasen en la defensa de su zona. A pesar de que el Real Madrid ganaba segundas opciones tras los rebotes ofensivos, Bilbao Basket volvía a organizar su defensa y le complicaba la vida a los de Mateo. "Muchas veces va a pasar que va a ser difícil destacar a un solo jugador. Es un equipo que se ha hecho para ser equipo y para competir desde ser equipo", advierte el responsable del banquillo de los hombres de negro'.