Caganers en Bilbao y 'Euskera hablo': Buenafuente y Berto ponen humor con acento vasco en los 100 años de la SER
Buenafuente y Berto Romero traen su característico humor a los 100 años de la SER, bromeando sobre el euskera, el turismo en Bilbao y los famosos caganers convertidos en souvenirs vascos
"Caganers en Bilbao y 'Euskera hablo': Buenafuente y Berto ponen humor en los 100 años de la SER"
Bilbao
Anoche, el Cine Capitol de Madrid se llenó de risas para celebrar el centenario de la Cadena SER. En un ambiente cargado de nostalgia y diversión, el plato fuerte fue, sin duda, la participación del dúo humorístico más querido de la radio: Andreu Buenafuente y Berto Romero. Con su exitoso espacio "Nadie Sabe Nada", ambos cómicos no solo arrancaron carcajadas, sino que también aprovecharon la ocasión para hacer uno de esos guiños que ya se han vuelto su sello distintivo: su cómica fascinación por todo lo vasco y el euskera.
Como es costumbre en sus shows, la admiración que Berto y Andreu sienten por el idioma y la cultura vasca no se quedó solo en palabras. De hecho, Buenafuente apareció en escena con una camiseta que no dejó indiferente a nadie: "Euskera hablo", se leía en grandes letras, demostrando que su fascinación por el idioma va más allá de las bromas. Desde el primer minuto, ambos cómicos empezaron a imitar el acento vasco, una de sus habilidades más celebradas, arrancando risas cómplices del público.
La pregunta de Bilbao: ¿Caganers en el botxo?
El momento álgido llegó cuando una oyente de Bilbao envió su pregunta para el show. "¡En Bilbao ya se venden caganers como souvenirs!" dijo, en referencia a la famosa figura navideña catalana que se ha convertido en un fenómeno en otras regiones. Para Andreu y Berto, esto fue la excusa perfecta para desatar una ráfaga de ocurrencias sobre la invasión del turismo y cómo Bilbao, una ciudad que tradicionalmente ha mantenido una identidad firme, empieza a absorber las costumbres de otros lugares. "Si ya vendemos caganers, ¿qué será lo siguiente?", ironizaba Buenafuente, mientras Berto añadía que solo faltaba ver sombreros mexicanos al lado de las txapelas en las tiendas de recuerdos del Casco Viejo.
Este cruce entre lo catalán y lo vasco se ha convertido en una broma recurrente para los cómicos. No es la primera vez que el dúo dedica tiempo a hablar del euskera en su programa, bromeando con la idea de que "es un idioma que da respeto" y que, aunque no lo dominen, siempre encuentran la manera de rendirle homenaje. En más de una ocasión, tanto en "Nadie Sabe Nada" como en su podcast, han hecho imitaciones del acento vasco o se han lanzado a intentar pronunciar palabras en euskera con resultados, digamos, hilarantes.
El humor como puente cultural
Aunque las bromas fueron el hilo conductor, detrás de la risa siempre ha habido un claro respeto por la cultura vasca. No solo por el idioma, sino también por los aspectos más pintorescos de su idiosincrasia. Como comentaba Berto: "Nos encanta Euskadi, no solo por sus paisajes, sino también porque siempre hay algo que nos inspira". Y parece que esa inspiración no se agotó anoche, cuando, a solo minutos del final del show, aún tenían tiempo para lanzar un último chiste sobre cómo cualquier cosa puede convertirse en un cruce entre dos conceptos diferentes: "El día que alguien mezcló un croissant con un donut fue cuando todo se fue al garete. Pensamos que todo era posible, ¡y no todo lo es!", comentaba Buenafuente entre risas.
Despedida a ritmo de celebración
Con la cuenta regresiva para finalizar su participación, Andreu y Berto no dejaron pasar la oportunidad de felicitar a la Cadena SER por sus 100 años de historia. “Felices 100 años, y gracias por dejarnos seguir haciendo lo que más nos gusta: haceros reír”, concluyeron, poniendo el broche de oro a una noche en la que la comedia, como siempre, demostró ser un lenguaje universal.