Sociedad

Adiós al mural que homenajeaba a los hermanos Pou en Vitoria

El homenaje que dos grafiteros dedicaron a los escaladores en 2016 había recibido pintadas encima y un bar lo ha tapado con otro mural

Antes y después del grafiti a los hermanos Pou.

En el otoño de 2016, los hermanos escaladores Iker y Eneko Pou recibieron, a modo de homenaje, un mural que les dedicaron los grafiteros Garikoitz Arregi y Diego Barruete y que decoraba una gran pared cerca de la ikastola Adurtza de Vitoria. No obstante, en verano del año pasado, sobre la ilustración aparecieron pintadas en la cara de ambos y ahora, un año y medio después, no queda rastro de lo que un día fue el tributo porque ya hay un nuevo mural encima.

Ilustraciones de la terraza del bar Vaneli, donde antes estaba el mural de los hermanos Pou

Ilustraciones de la terraza del bar Vaneli, donde antes estaba el mural de los hermanos Pou / Carlota Soriano

El gran mural, que los hermanos recibieron de sorpresa, aguantó seis años hasta que un anónimo hizo una pintada a modo de gamberrada, en la que podía leerse "libertad para vivir o muerte la elijo yo", "con mis euros elijo yo" y lo que podría ser una firma, en la que pone mío. Según testimonios vecinales, ha detallado Garikoitz Arregi, "fue alguien del barrio quien lo hizo y, al enterarse los demás vecinos, le echaron la bronca y el mismo que hizo las pintadas volvió a pintar de blanco los textos para intentar arreglarlo".

Antes y después de las pintadas en los grafitis

Antes y después de las pintadas en los grafitis / Hermanos Pou (vía Twitter)

Para eliminar los mensajes del mural, pintaron encima con pintura blanca.

Para eliminar los mensajes del mural, pintaron encima con pintura blanca.

"Por un momento, pensamos que, con un poco de suerte, los artistas lo volverían a restaurar", ha dicho a Cadena SER Eneko Pou. Incluso los propios grafiteros se plantearon hacerlo, pero eso conllevaba volver a pintarlo entero de nuevo, no servía con rehacer solo la parte afectada, por lo que se decantaron por dejarlo. Meses después, el bar Vaneli, que ha cambiado recientemente de dueños, adquirió el terreno para poner su terraza, y contactó al artista para "realizar un mural que corresponda" con la estética del negocio.

"Es un poco triste, porque además surgió de manera popular, nadie pidió que lo hicieran", lamenta Eneko. "Somos conscientes de que los grafitis son efímeros, hubiera sido bonito conservarlo como pasa con otros murales de la ciudad", ha añadido. Arregi, por su parte, defiende que los grafiteros en Gasteiz se respetan mucho entre ellos, y que las pintadas anónimas le fastidiaron por esa falta de respeto a los artistas.

 
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