Un arqueólogo 'full time' para vigilar las obras de Solaria en Arrazua-Ubarrundia
Los hallazgos hacen pensar a los expertos que podría tratarse de un poblado de época medieval de entre los siglos IX y XI
Vitoria-Gasteiz
Un informe encargado por Solaria para la Diputación foral de Álava sobre los restos arqueológicos hallados en los terrenos de los macroparques fotovoltacios Vitoria Solar 1 y 2 proyectados en Vitoria y Arratzua-Ubarrundia pide la presencia "constante" de un arqueólogo mientras duren las obras.
Los hallazgos apuntan a la existencia en el lugar de un poblado de época medieval y los expertos advierte que podrían darse afecciones durante el movimiento de tierras. Así consta en la documentación solicitada por EH Bildu a la que ha tenido acceso la Cadena SER.
Los restos aparecieron durante las catas realizadas en verano en dos espacios conocidos como la Cabaña de Olatxo y el despoblado de Iturrain. En ambos casos, el informe elaborado por el Gabinete Trama asegura que "para poder entender las dimensiones y naturaleza" de estos hallazgos "sería precisa la excavación en extensión de la misma".
Dicho esto, también admite que en el caso de la Cabaña de Olatxo, que coincide con los terrenos de Vitoria Solar 2, los restos encontrados son "escasos" y de "entidad muy limitada".
Entre los siglos IX y XI
Otra historia es el despoblado de Iturrain, ubicado dentro del área en la que se instalarán 90.000 paneles de Vitoria Solar 1 en Arratzua-Ubarrundia. Allí se han localizado fosas, algunas de origen prehistóricos, linderos, fragmentos de cerámica y un posible fondo de cabaña que podría corresponder a la Alta Edad Media.
Además, se ha descubierto un conjunto de piedras que por su anchura, entre 6 y 8 metros, podría formar parte de la calzada romana Iter XXXIV o de otro tipo de cañadas o caminos reales de épocas más recientes. En el lugar se ha localizado una herradura. Todo esto hace pensar a los expertos que podría tratarse de un poblado de época medieval de entre los siglos IX y XI.
En sus conclusiones, el informe pide ampliar las catas, pero sobre todo advierte del riesgo de afecciones durante la fase de movimiento de tierras, por lo que pide un "control arqueólogico" y no cualquiera. Así reclama un "seguimiento intensivo, mediante la presencia constante de un técnico arqueólogo" durante toda esta fase de las obras.