Jon Laskurain, voluntario de DYA Gipuzkoa en Valencia: "Cuidar al equipo y la salud mental de cada uno es importante"
Diez voluntarios de la DYA regresan a Gipuzkoa después de brindar atención sanitaria y evacuación en áreas de difícil acceso
Jon Laskurain, voluntario de DYA Gipuzkoa en Valencia: "Cuidar al equipo y la salud mental de cada uno es importante"
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San Sebastián
Jon Laskurain, voluntario de la DYA Gipuzkoa, regresó el pasado viernes de Valencia tras participar en un dispositivo de asistencia en las zonas más afectadas por las inundaciones. A su vuelta, Laskurain manda un mensaje a todas las personas que planeen desplazarse a las áreas afectadas para que acudan "preparados y organizados" para no entorpecer los esfuerzos de los equipos de emergencia y para proteger su propia seguridad.
La importancia de usar el equipo de protección personal de manera rigurosa, es algo esencial, explica Laskurain, en una zona con riesgos sanitarios debido al saneamiento deficiente y la presencia de barro contaminado con diversos residuos. "Es fundamental que todos lleven guantes, mascarillas, botas y cualquier otro equipo de protección disponible, hay un riesgo elevado de infecciones", recalca.
En Hoy por Hoy San Sebastián, el voluntario de DYA Gipuzkoa recalca que, a pesar de la buena voluntad de los voluntarios la ayuda debe ser canalizada de forma organizada para evitar interferir en operaciones de mayor envergadura. "A veces, actuamos de manera individual pensando que estamos ayudando, pero podemos acabar dificultando la labor de los equipos coordinados", comentó.
El equipo de voluntarios compuesto por diez personas entre personal de enfermería y técnicos en emergencias sanitarias, partieron hacia Valencia el lunes, en respuesta a una alerta activada previamente. El convoy formaba parte de un dispositivo más amplio que incluía equipos de bomberos de diversas comunidades autónomas, como Navarra, Cantabria, Vizcaya y Extremadura. En total, se establecieron relevos para mantener una presencia continua en la zona afectada.
Una misión compleja y un impacto emocional
Al llegar al lugar, se encontraron con un panorama mucho peor de lo que habían anticipado. “Aunque sabíamos que la situación era complicada, las imágenes que vimos nos sobrepasaron. Llegamos de noche, lo que agravó el impacto al no poder evaluar completamente la magnitud del desastre hasta la mañana siguiente”, relató. La falta de luz y las difíciles condiciones del terreno hicieron que la experiencia inicial fuera especialmente impactante para el equipo.
El trabajo de la DYA en la zona se centró en brindar atención sanitaria y en la evacuación de personas de áreas de difícil acceso. Para ello, contaron con ambulancias todoterreno capaces de acceder a lugares donde una ambulancia convencional no podía llegar. Una experiencia “dura” que aún están en proceso de asimilar. “Hay imágenes y situaciones que, aunque estemos entrenados, nos afectan profundamente. Es importante que el equipo hable y se apoye para cuidar la salud mental de cada uno”, señaló. Además, Laskurain advirtió a otros voluntarios sobre la necesidad de prestar atención a su bienestar emocional tras regresar de misiones de este tipo.
“Hay quienes llegan muy motivados, pero es esencial que, al volver, tomen en serio cualquier síntoma de afectación emocional prolongada”, advierte, "compañeros con experiencia en catástrofes internacionales, como en Haití, no había visto algo igual”, comentó.
A pesar del agotamiento emocional y físico, Laskurain asegura que tanto él como su equipo están listos para responder a nuevas emergencias, ya sea en España o en otros países si fuera necesario. “Estamos siempre dispuestos a ayudar, tanto en nuestro propio país como en cualquier lugar que lo requiera”, afirma.